Los Reyes Magos hicieron magia en Pontevedra y aguantaron la lluvia hasta el final

PONTEVEDRA



























Miles de pontevedreses arroparon a sus majestades de Oriente en la recepción en el Pazo de Mugartegui y en la multitudinaria cabalgata
05 ene 2024 . Actualizado a las 21:53 h.Y con la llegada de los Reyes Magos a la plaza de España cayó el enésimo chaparrón del día. Respeto a sus majestades durante el desfile después de una jornada en la que Gaspar, Melchor y Baltasar madrugaron casi más que los niños para atender las infinitas citas de un día en el que se mueven como estrellas del rock. A primera hora de la mañana los recibió el alcalde, Fernández Lores, en el Pazo de Mugartegui. Los más pequeños, como buenos fans de este trío, ya estaban esperándolos en A Pedreira. ¿Quién no va a querer una foto con los Reyes Magos? Los había que aprovecharon para entregarle la carta y otros para posar con ellos antes de que por la noche entrasen en la casa de todos.
Eso solo fue el comienzo. De ahí recorrieron algunos medios de comunicación, como La Voz de Galicia, donde llegaron poco después de la una y media acompañados de sus pajes y escoltados por la Policía Local haciendo sonar sus sirenas.
A algún crío le daba algo de miedo acercarse, pero no hay caramelo que no seduzca a un pequeño. Un buen puñado de ellos fue la clave para romper el hielo y poder subirse a su regazo para confesarle los deseos para la noche que todos estaban esperando. Y si todavía no hubo bastante durante toda la mañana, por la tarde tocó la cabalgata por el centro de la ciudad.
Chaparrón al final
Miles de personas se apostaron a los lados de las calles de un recorrido que salió puntual de la avenida de Lugo y concluyó tan solo una hora después en la Plaza de España. Todos miraban al cielo pidiendo piedad en un día de aguaceros. La hubo. Hasta los últimos minutos, cuando Gaspar y Baltasar enfilaban ya los últimos metros de la calle Michelena, la lluvia agilizó la recogida.
Los paraguas que estaban dados la vuelta para recoger los kilos de caramelos que lanzaban desde las carrozas, empezaron a girarse para protegerse del agua. «Es una estampida», decía una de las madres, mientras se resguardaba debajo de los edificios. Pero no había tantos como para proteger de la lluvia a los miles de pontevedreses ávidos de dulces. Así que tocó mojarse, mientras se recogían los últimos caramelos que quedaron tirados por el suelo. «Pues no cogí tantos como pensaba», decía un abuelo con las manos llenas.
A la comitiva de 30 camiones le bastó una hora para hacer felices a los niños (y familias) que disfrutaron de uno de los desfile más rápidos de los últimos años. Y es que tocaba descansar para que sus majestades pudiesen trabajar toda la noche.
A las siete y cuarto, se deshacía un desfile animado por la charanga de Airiños de San Martiño, Rivel Animación, Barafunda, Art-Monum, Dúos Pontes, Pablo Méndez Performance y los grupos folclóricos Pola Vila y Os de Algures. No faltó Barbie, ni tampoco los soldaditos de plomo en una noche mágica para casi todas las edades.