Desi es Tarzán: la rapaza que levanta pasiones porque no hay quien le tosa en el juego más loco del entroido de Cobres

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Desi, que tras la experiencia del primer año con ropa de baño, se hizo con un neopreno para no congelarse en el río Maior.
Desi, que tras la experiencia del primer año con ropa de baño, se hizo con un neopreno para no congelarse en el río Maior. CAPOTILLO

En pleno febrero, la chavalada se enfrenta al río Maior para hacer equilibrios sobre un tronco e intentar alcanzar el Galo, colgado de una rama. Casi todos los que compiten son varones, pero ella les gana

19 feb 2024 . Actualizado a las 10:43 h.

Desi González Eidón, que es de Vilaboa y tiene 23 años, demostró en el año 2016 que el Galo no río, el juego tradicional más arriesgado del famoso entroido de Cobres (en el municipio pontevedrés de Vilaboa), que aspira a ser declarado Festa de Interese Turístico Nacional, no era cosa exclusiva de hombres. Fue la primera mujer en participar en el famoso Galo no río, en el que en pleno invierno los participantes tienen que hacer equilibrios por un tronco colocado sobre el río Maior e intentar agarrar el animal (que desde hace tiempo es de juguete), prendido en una rama. Lo normal es que todos acaben en el cauce antes de completar la hazaña y se lleven una buena mojadura en pleno mes de febrero. Pero Desi, además de ser pionera en participar, también demostró que es un hacha en la prueba. Este año ganó. Al igual que hace dos entroidos. ¿Por qué? «Non é cuestión de forma, senón de equilibrio», dice ella, que se ríe cuando se le indica que bien podría ser Tarzán por su condición de caminar por el árbol sin mucho problema

Esta joven es vecina del lugar de Pousada, y pertenece a una familia de tres hermanos. En el 2016, le picó la curiosidad de lo del Galo no río. Participó entonces con ropa de baño. Y casi se queda tiesa con lo fría que estaba el agua del río. Aprendió para las siguientes ediciones y se hizo con un neopreno para participar en el Galo no río. Hace dos años ganó la prueba, en el 2023 no se pudo presentar y esta vez volvió a levantar pasiones con su destreza para mantener el equilibrio. Dice que ni es deportista ni nunca pensó que tendría tanta capacidad de aguante sobre un tronco, que no se lo creía la primera vez que se alzó con el galo.

Desi, en una de las rondas en las que le tocó darse un chapuzón en el río.
Desi, en una de las rondas en las que le tocó darse un chapuzón en el río. CAPOTILLO

Este año, como siempre, en la primera ronda el animal estaba muy alto, para que no se coja con facilidad y el espectáculo, con música y seguido por decenas de personas, tenga un poco de duración. En las siguientes pasadas lo fueron bajando un poco, como manda la tradición. Participaban 16 chavales, trece varones y tres mujeres, y no fue hasta la quinta vez que compitieron cuando Desi se alzó como campeona. Aunque lo cierto es que se veía venir su triunfo porque en las pasadas anteriores ya era la que más cerca estaba de alcanzar el famoso galo amarillo. No pudieron con ella ni los varones, ni su propio hermano, que también competía, y tampoco las otras dos rapazas en liza. A la Tarzán de Vilaboa no hubo quien le tosiese: «Foi bonito, creo que a clave está en concentrarte moito para non esvarar... porque esvarar esvaramos todos, pero se moi concentrada intentas non caer», indica esta joven. 

Del entroido de Cobres se marchó con varias satisfacciones. La de haber ganado y haberse adjudicado tanto un premio de cien euros como una camiseta, la de poner su granito de arena para preservar uno de los entroidos más tradicionales de Galicia y la de contribuir a que haya mujeres en una fiesta tan emblemática como esta. La adrenalina que soltó sobre el árbol y el humor con el que se tomó el premio le valen para enfrentar con ilusión sus proyectos. Porque Desi, además de equilibrista del entroido, es también estudiante por partida doble. Está actualmente haciendo las prácticas de un ciclo de Laboratorio Clínico y Biomédico en el hospital de Montecelo. Y, a la vez, también cursa el primer año de otro ciclo de la rama sanitaria, el de Auxiliar de Enfermería. Si se le pregunta por sus sueños laborales, lo tiene claro: «Sanidade, quero traballar no ámbito sanitario, diso non teño ningunha dúbida», dice con entusiasmo Desi González.