El peligroso narcotráfico 4.0

PONTEVEDRA

Guardia Civil

La generación actual de narcos alcanza niveles desconocidos en logística, dinero y blanqueamiento con respecto a los clanes pretéritos

05 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La última gran redada contra el narcotráfico en la provincia de Pontevedra, desarrollada en estos últimos días y denominada Operación Halia, desvela motivos muy preocupantes. Tanto por la envergadura de la organización desmantelada, como por el dinero que movían y, tanto peor, por las tapaderas legales que, además, utilizaban para blanquear el enorme pastizal procedente de las ingentes cantidades de drogas con las que traficaban.

Recuerden que en los registros practicados en diversas viviendas de Vilanova de Arousa, Cambados y Ribadumia se intervinieron tres millones de euros en metálico, la mayor cantidad de dinero interceptado en una redada policial antidroga, en todos los tiempos.

Igualmente sobrecoge el dato de que tenían un narcolaboratorio en las afueras de Madrid donde procesar hasta 100 kilos de cocaína al mes, lo que les otorgaba una capacidad de abastecimiento descomunal para atender la demanda de la propia capital del Estado y otras zonas. Por cómo estaban organizados, esta red de nuevos narcotraficantes (al menos para el dominio público) se movían como una especie de híper que suministraba muy diversos tipos de droga en gran parte del país.

Producto de semejante tamaño y capacidad operativa son las ganancias que se le atribuyen a esta red delictiva, cuyos principales cabecillas habrían reunido un patrimonio no inferior a diez millones de euros repartido en cuentas bancarias y en inmuebles, pero también diversificado en negocios legales como establecimientos de hostelería, automoción, náutica, estancos y viveros de marisco.

Nuevos modos

La investigación que desde hace mucho tiempo han desplegado las Fuerzas de Seguridad del Estado ha venido a confirmar qué en esta provincia, particularmente en la comarca de O Salnés, ha surgido una nueva generación de traficantes que, a pesar de algunos vínculos familiares con clanes pretéritos, demuestran nuevos modos tan novedosos como profundamente preocupantes. Aunque haya nexos de alguno de los cabecillas caídos en esta Operación Haila con clanes de antaño, como los Charlines, la operativa y las formas ya son otras. Más sigilosos, menos ostentosos.

Esta ultimísima generación de narcos, la 4.0, es mucho más astuta y peligrosa que sus predecesores. Tanto en lo que concierne al enmascaramiento de sus actividades delictivas como para ocultar los pingües beneficios obtenidos mediante pantallas, teóricamente negocios lícitos, que han servido para lavar las brutales cantidades de dinero procedentes del trasiego de miles de kilos de cocaína, hachís, marihuana, heroína y diversas drogas sintéticas que movían diariamente. Ese, el intensísimo nivel de actividad cotidiano, es otro de los rasgos característicos de esta generación 4.0 de narcotraficantes con respecto a sus predecesores. Los viejos metían un par de alijos al año y después se pulían la pasta. Estos cachorros de ahora, funcionan como máquinas recaudadoras.

Por lo que vamos sabiendo a través de las informaciones que Javier Romero publica en las páginas de La Voz de Galicia, esta organización delictiva desarticulada por la Guardia Civil, en colaboración con Europol y la DEA norteamericana, movía grandes cargamentos de drogas que introducía a través de veleros que recogían los alijos en alta mar. Un modus operandi menos aparatoso que aquel de las planeadoras repletas de motores fuera borda que ahora pululan en zonas como el estrecho de Gibraltar con las terribles consecuencias que conocimos en febrero.

Sin embargo, hay que incidir en que aunque estas nuevas organizaciones de narcos en las Rías Baixas sean más refinadas en el modus actuandi, metiendo la droga en Galicia a través de una navegación seudodeportiva, no implica necesariamente que se comporten como una comunidad de religiosas. Porque otro rasgo diferencial —y muy inquietante— es la enorme peligrosidad que transpiran estos nuevos clanes según apuntan los indicios. Como el último ajuste conocido, acaecido en julio de 2023 frente al domicilio de uno de los ahora detenidos en Cornazo, en Vilagarcía. Hubo disparos y sicarios de por medio.

Avisos policiales

Los responsables de las fuerzas de seguridad presumen que cualquier día estos amagos terminarán en trágicas consecuencias. Parece inevitable un retorno a las imágenes de la década de 1990 y principios de los 2000, cuando se acumularon más de una treintena de asesinatos, casi todos ocurridos en nuestra provincia, salvo alguna excepción como el famoso ajuste de cuentas de Benavente (1992) en el que murió tiroteado José Manuel Vilas, entonces tesorero de la Cámara de Comercio de Vilagarcía.

Una derivada de la impresionante reactivación del narcotráfico en nuestra provincia la tenemos a pie de calle, en nuestras ciudades y pueblos, con una evidente retroalimentación del trapicheo de drogas y, subsiguientemente, un deterioro creciente de la seguridad ciudadana. Este pasado jueves, Agustín Vigo y otros dirigentes del sindicato policial CEP, después de reunirse con Abel Losada, subdelegado del Gobierno, manifestaron, sin ambages, que padecemos un aumento desconocido del narcotráfico, lo que desencadena un incremento de otros delitos sin precedentes. Y frente a esto, tenemos menos agentes de Policía Nacional, por tanto, menos patrullas en las calles y más violencia.