Hoy puede ser un gran día

EUGENIO GIRáLDEZ GRIRÁLDEZ

PONTEVEDRA

CAPOTILLO

Pontevedra descuenta las horas para vivir un ascenso que marque el paulatino retorno del club granate al primer nivel del fútbol español

02 jun 2024 . Actualizado a las 09:04 h.

«Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así. Aprovecharlo o que pase de largo, depende en parte de ti. Dale el día libre a la experiencia para comenzar. Y recíbelo como si fuera fiesta de guardar…».

Habrán reconocido la primera estrofa de la popularísima canción de Joan Manuel Serrat que hoy entiendo que nos viene al dedillo a cuantos en esta ciudad y alrededores, así como en cualquier esquina del mundo, suspiramos por que el Pontevedra Club de Fútbol consiga el deseado ascenso que nos jugamos en Pasarón.

Por tradición futbolística y por historia, esta ciudad merece que este club salga cuanto antes del pozo de la Segunda RFEF al que descendió hace un año. Si esta tarde se consigue el objetivo de derrotar al Betis Deportivo, el Pontevedra empezará a escalar el primero de los dos peldaños que le separan del retorno al fútbol profesional. El paso siguiente sería recalar en Primera RFEF desde donde habría que preparar la vuelta a la Segunda División (ahora Liga Hypermotion) de donde cayó en la temporada 2004-2005. En suma, se trataría de emular al Deportivo de La Coruña, que acaba de conseguir ese mismo objetivo, después de cuatro años, y ahora ya pone la proa hacia el siguiente ascenso, a Primera (ahora Liga EA Sports), según la conjura de club, jugadores y seguidores que se fraguó el viernes en la sede central de La Voz de Galicia. Es evidente que el Dépor tiene tras de sí el apoyo de una ciudad de casi un cuarto de millón de habitantes, con un poderío económico e industrial que, junto con refuerzos muy importantes como el patrocinio de Abanca, le ha permitido al club blanquiazul reconstruirse desde las cenizas de los sucesivos descensos. Y, sobre todo, el deportivismo es un sentimiento que se traduce en apoyos como el de los más de 30.000 espectadores que llenaron Riazor para empujar a Lucas Pérez y demás en la victoria definitiva sobre el Barça B.

Reto para la ciudad

Pontevedra es una urbe de casi 84.500 habitantes que pese a tener una tradición balompédica espectacular, única en Galicia, carece del tejido industrial y el poderío económico que son necesarios hoy en día para acometer, de modo más holgado, la ardua tarea de reconquistar un lugar entre la élite del fútbol profesional español.

Mientras el club ha ido dando tumbos deportivos y económicos en estos últimos veinte años, nos consolamos con los recuerdos de tiempos mejores. Nos conformamos con rememorar aquel histórico conjunto del Hai que roelo, cuando los granates militaron seis temporadas, cinco de ellas consecutivas, entre 1963 y 1970, en Primera División codeándose con Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid y demás gallos, convirtiendo Pasarón en un fortín casi inexpugnable. El mérito de aquel Pontevedra era que se mantenía con 3.000 socios y entradas de 12.000 espectadores que abarrotaban el viejo estadio. Téngase en cuenta que entonces esta ciudad tenía unos 60.000 habitantes. Aunque evidentemente los costes eran otros, pues de aquella el Pontevedra CdF se manejaba con un presupuesto de 2 millones de pesetas (o sea unos irrisorios ¡12.000 euros!).

De aquella etapa es la famosa anécdota del Pravda. El periódico oficial del régimen soviético dedicó en 1965 una información al Pontevedra que alcanzó el liderato de invierno en la liga española y le puso de ejemplo de “club modesto y obrero frente a los aburguesados equipos señeros de la competición española”. El referente era Cholo, capitán de los granates que trabajaba de conductor del trolebús, algo que toda Pontevedra sabía, pero que alucinó al órgano informativo de la URSS, que glosó al lateral izquierdo como «un líder en un equipo de proletarios».

Hoy en día, el club granate, convertido en sociedad anónima deportiva desde septiembre de 2004, trámite imprescindible cuando se consiguió el último y efímero ascenso a Segunda División, mueve un presupuesto anual de casi 1,9 millones de euros pese a militar en la cuarta categoría del fútbol español. Y tiene por patrocinador principal a una institución oficial, la Diputación. Pensar a corto plazo en continuar la promoción tan deseada, significará un reto para la ciudad por los esfuerzos que requerirá.

Reventar Pasarón

Lo primero es que esta tarde, el nuevo Pasarón esté a reventar. Después de la reforma, el aforo oficial es de 10.500 espectadores, cifra que se confía en alcanzar para que el efecto de la afición se note desde el pitido inicial. Los jugadores y el míster granate, Yago Iglesias, han apelado a que el público apriete desde el primer minuto. «El partido se empieza a ganar desde las gradas», ha dicho el técnico, que aguarda que el calor de los espectadores lleve en volandas al equipo al que le pide «corazón caliente y cabeza fría».

Para caldear ánimos y canalizar emociones, el club ha decidido habilitar una fan zone, un espacio donde, desde la una de la tarde, se reúnen seguidores y peñistas granates. El espacio, situado en la explanada trasera del Pabellón Municipal de los Deportes, dotado con una carpa, acoge actuaciones musicales de animación que complementan la oferta de barras de comida y bebidas, a precios asequibles, que estarán operativas hasta una hora antes del partido.

Por cierto, si usted lee este artículo en papel o en digital antes del desenlace de la eliminatoria, aguardo que ocurra lo que todos deseamos.