Denunciado un indigente conflictivo tras amenazar a un vecino de Cantodarea

Marcos Gago Otero
m. gago MARÍN / LA VOZ

PONTEVEDRA

Entrada al garaje donde supuestamente se produjeron los incidentes denunciados por un vecino en Marín
Entrada al garaje donde supuestamente se produjeron los incidentes denunciados por un vecino en Marín Ramón Leiro

El residente afectado explica el grave deterioro de la convivencia en Ponteporto e informa de daños en su coche y presuntos intentos de agresión

04 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Un indigente que duerme en el acceso privado del garaje del bloque de edificios Ponteporto, en la avenida de Ourense, en Cantodarea (Marín), ha sido denunciado en varias ocasiones por al menos un vecino de la zona, que advierte de que ha recibido supuestas amenazas, incluso de muerte. La convivencia está tan deteriorada que el denunciante la considera imposible y reclama la intervención del Concello y del Juzgado ante el temor de que de las palabras se pueda pasar a los hechos y se produzca una escalada en el conflicto social.

Según el denunciante, hace un tiempo se vinieron a vivir al acceso del garaje de la comunidad primero un indigente mayor y después otro más joven. Ambos aprovechan la protección que les brindan las dos pequeñas aceras a los dos lados vial y la existencia de un porche voladizo antes del portal del garaje.

«Al principio no había ningún problema porque una persona que duerma y pase la noche y se vaya de mañana, no lo parecía», sostiene el denunciante. Las cosas cambiaron a peor con el paso del tiempo.

Empeoramiento de la situación

Hace en torno a un mes y medio, el más joven empezó presuntamente a acusar a la gente que pasaba de «robarle una lata con la que le daba de comer al perro y una semana después le da como un brote psicótico, y nos acusaba a todos los que entrábamos en el garaje de que le habían roto su maleta, donde transporta sus cosas».

Añade este vecino que un día intentó calmarlo y convencerlo de que dejase de acusar a los vecinos cuando iban o salían del garaje. Le dijo: «Lo único que estás provocando con esta actitud es que la gente se encuentre molesta y pida que te echen de aquí». Entonces, según el denunciante, se produjo supuestamente la primera amenaza de que si eso pasaba, entraba en el garaje y quemaba los coches.

La discusión fue creciendo en intensidad y el indigente, según la versión del vecino, lo amenazó con «partirle la cara». Así que el vecino prefirió irse, pensando que a final todo quedaría en meras palabras. «Nunca tuvimos más roce, porque cuando pasaba procuraba no decirle nada».

El 29 de julio al entrar en el garaje, hubo un incidente violento, cuando supuestamente el indigente le dio golpes al coche, asegurando que el conductor le había pisado el pie, cosa que el denunciante niega. Entonces, según su relato de lo sucedido, el indigente sacó una navaja amenazando al residente en el edificio mientras los demás presentes le impidieron al aludido salir del garaje para que no pasase nada más. «Con la policía allí, dice que va a romperme el coche, que me va a rajar las ruedas, que me va a meter el cuchillo así y tirar para arriba y abrirme en canal, que me va a sacar el hígado y que me va a matar me lo dice hasta tres o cuatro veces», sostiene el hombre.

Más denuncias

Interpuesta una denuncia en Comisaría, la situación siguió complicándose. Otro día aparecieron daños en el coche del denunciante y volvieron otros enfrentamientos que, afortunadamente, se quedaron solo en palabras, circunstancia que el afectado atribuye a que estaba la policía delante.

Este vecino, que señala que tiene el respaldo de muchos otros, ha informado al Concello de lo ocurrido y pide que el Juzgado emita una orden de alejamiento, solicitud que señala que también secunda la comunidad, que se lo pedirá mañana al juez.

El Concello, por su parte, sostiene que está al tanto del problema, que se colocaron unas piedras en parte de las aceras para disuadir a los indigentes de seguir allí y que la fórmula más efectiva, por el momento, sería la instalación de un portal en la parte privativa, como se ha hecho en otros edificios de Marín con problemas semejantes.