Johnny hace la pedida de mano más enxebre de Galicia, con gorra de Piensos Biona y miles de personas cantando «eu querer quéroche ben»

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA LA VOZ

PONTEVEDRA

El cantante de Son das Tabernas sorprendió a su novia Naza hincando rodilla en el enorme escenario del festival Río Verbena Fest de Pontevedra y ella le contestó que sí habrá boda: «Acabamos chorando os do palco e os de abaixo», cuenta el futuro marido

24 ago 2024 . Actualizado a las 19:56 h.

Como si fuese Manuel Fraga cuando mandaba llamar a miles de gaiteiros para tomar posesión en el Obradoiro, el cantante Johnny Güimil, voz y alma del grupo Son das Tabernas, puso a miles de personas a cantar una de esas coplas imprescindibles de la tradición gallega para que Naza González, su querida novia, se enterase de algo bien importante: que quiere casarse con ella. Johnny protagonizó una pedida de mano a la altura del enorme personaje que él es, en la cima del escenario del festival Río Verbena Fest, que este viernes arrancó en Pontevedra por todo lo alto y que se llenó de romanticismo enxebre gracias a esta pareja digna de crónica. «Foi impresionante, acabamos chorando os do palco e os de abaixo», resumía este sábado Johnny, que aseguraba que se encontraba en estado de resaca... emocional (e igual también de la otra, aunque no lo confesaba).

Vayamos a la miga del asunto. Todo se remonta a hace unos días, al ensayo del miércoles del grupo Son das Tabernas. Johnny, que es profesor, que vive en Barro y que en el confinamiento fue una de estas personas imprescindibles para ponerle humor a aquello tan serio del covid, les contó a sus compañeros de grupo que quizás el viernes, aprovechando que iban a llevar su folklore a un escenario tan privilegiado como el del Río Verbena Fest, aprovechaba para pedirle a Naza, su novia, que se casase con él. La reacción de los compañeros fue rápida: «Dixéronme que estaba tolo, que como ía facer iso, que a ía liar», cuenta Johnny. Pero él dijo que no había discusión, que pediría la mano de esta rapaza de 31 años con la que convive desde hace tres y que le tiene bien enamorado. ¿Cómo iba a hacerlo? Lo había programado todo. Naza acostumbra a prestarle apoyo logístico a su novio músico, así que no le sonaría raro si él le pedía que estuviese en el escenario para acercarle una guitarra en un momento dado del concierto. Él le dijo que tendría que hacer de mánager para la actuación. Y ella aceptó sin titubeos. 

La cosa está rodada, por tanto. Y este viernes, con el festival engrasado y Son das Tabernas haciendo de las suyas en el escenario, demostrando que no hay mejor música para divertir al respetable que la que se cantó siempre en las aldeas, Johnny, con la mítica gorra verde de piensos Biona y funda del mismo color, se lanzó. Fue bien cuidadoso para que ella no sospechase nada, ya que utilizó una pieza habitual del grupo para pedirle la mano. Pero, eso sí, tuvo que cambiar la copla. Así, cuando le tocaba cantar esa de «eu querer queroche ben, eu téñoche admiración, pero casarme contigo non mo pide o corazón», él cambió un simple monosílabo y gritó que su corazón sí que le pide boda. Miles de gargantas le hicieron coro mientras él hincaba rodilla, como mandan los cánones, y sacaba un anillo de la chistera. «Eu necesitaba unha pedida así, outra cousa non me saía de dentro», dice Johnny, de 48 años, que calcula que la boda no se celebrará hasta el 2026 porque para el 2025 su grupo ya tiene muchos bolos comprometidos y es difícil encajar fecha para la gran cita de su vida. 

Naza dijo que sí. O eso cuenta Johnny, que a ella no se le escuchó a micrófono abierto. Pero debe ser cierto que aceptó porque el resto de la canción la pasaron abrazados, besándose y cantándose. Ya se sabe: «Eu querer quéroche ben...».