Óscar Montoya, escritor: «El título es una metáfora del bicho extraño, de cómo se siente un adolescente»
PONTEVEDRA
La novela «Murciélagos blancos» aborda el descubrimiento de tres jóvenes «de lo que significa la vida adulta y la corrupción»
16 nov 2024 . Actualizado a las 09:06 h.Con su nueva novela, Murciélagos blancos, Óscar Montoya Martínez aborda «el descubrimiento de tres jóvenes de lo que significa la vida adulta y la corrupción inmobiliaria, política. Es un poco el descubrimiento de tres chavales, que viven enfrascados en sus sueños, en sus ideas, totalmente adolescentes, y se llevan un sopapo».
—La novela está ambientada en un pueblo de Granada.
—Sí. Es un escenario ficticio, una comarca ficticia pero que estaría encuadrada en el norte de Granada.
—Ficticia también es la trama, pero ¿hasta que punto tiene un pie enganchado en la realidad?
—Es una novela de ficción total, salvo el escenario, el paisaje de la zona que sirve como base para crear esta zona imaginaria. Pero es una es una obra de ficción.
—Es su cuarta novela, ¿cómo se llega a este punto de su carrera profesional como escritor?
—Con mucho pundonor. Escribir es una carrera dura, más en estos tiempos donde la lectura flaquea, desde mi punto de vista. Han sido cuatro novelas en muy poco tiempo, en menos de ocho años. Ha sido algo sencillo, procurado no repetir contenidos, he buscado diferentes formas y no repetirme, y continuar hacia adelante.
—Hay mucha gente que considera que la novela negra es una radiografía, aunque sea ficción, de la realidad.
—Si, se dice que es la nueva novela social. De todas maneras, no me gustaría encasillar Murciélagos blancos en el género de la novela negra. Tengo mucho respeto por los autores de novela negra, pero esta es una novela literaria con una historia de trasfondo de un poco thriller. Pero realmente está más centrada en lo que son las reflexiones de os diferentes narradores. Es una novela coral y está centrada, sobre todo, en como encara la vida una serie de jóvenes y un guardia civil, una anciana... Son diferentes personajes con un trasfondo de thriller, que sí existe, pero no es una novela negral al uso.
—¿Por qué el título de «Murciélagos blancos?
—Es una metáfora del bicho extraño, de cómo se siente un adolescente, con todos sus pensamientos, sus ideas sobre la vida totalmente distorsionadas en esa época. Esos adolescentes viven en cuevas vivienda en Granada y es un poco como una metáfora de la alegoría de la caverna. Viven en una cueva, cuentan historias dentro de la cueva y tienen una imagen del mundo que no se corresponde con la realidad. El murciélago blanco es simplemente una metáfora de esa sensación de extrañeza que se tiene en esa época de la vida.
—Prueba de que estamos ante una novel coral son los títulos de los diferentes capítulos.
—Sí, los protagonistas son básicamente tres jóvenes y un guardia civil, que es muy importante. La acción transcurre en un día y, digamos, se van pasando el testigo de la narración. Cada narración no es la manera que cada uno tiene de ver las cosas, sino que van pasándose la historia como si fuese una carrera de relevos, donde acaba un momento viene otro narrador, lo coge y sigue. Es una historia lineal donde se van pasando la narración y la historia como si fuese una carrera de relevos.
—No sé si será demasiado pronto para preguntarlo, ya que se encuentra en plena promoción de «Murciélagos blancos», pero ¿tiene alguna idea para su próxima novela?
—Sí, estoy acabando otra. A ver cómo va, a ver si acabamos esto de la promoción y, entre el trabajo y todo, me pongo ya a terminarla.