Los partidos de balonmano de ligas gallegas se jugarán a puerta cerrada hasta el 18 de enero tras la agresión en un partido cadete
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PONTEVEDRA
La Comisión Galega de Control da violencia prohíbe cautelarmente el acceso del agresor a todos los recintos deportivos. Se expone a una sanción de hasta 650.000 euros
18 dic 2024 . Actualizado a las 11:46 h.Las respuestas por la brutal agresión de un aficionado de O Rasoeiro al abuelo del árbitro en un partido de categoría cadete no se ha hecho esperar. Tras una reunión de todos los clubes gallegos con la Federación Galega de Balonmán se acordó jugar a puerta cerrada las dos próximas jornadas de liga en todas las categorías de ámbito autonómico. En esta medida de presión van de la mano la federación y todos los equipos, que hasta este martes a las once de la mañana tenían de plazo para seguir adelante con una decisión que quieren convertir en un punto de inflexión para acabar con la violencia en las gradas. «Queremos que la gente tome conciencia y entre todos tenemos que cambiarlo y pedimos que las instituciones competentes regulen estas situaciones», señala el presidente de la Federación Galega de Balonmán, Bruno López.
Uno de los principales problemas que se encuentran muchos clubes es que no pueden expulsar a un aficionado del pabellón. Son espacios públicos y solo la policía o Guardia Civil puede obligarlos. «Yo, como club, no puede prohibir la entrada a alguien y dónde está el límite para llamar a la policía, ¿en el primer grito?», recalca López, que reconoce que la situación ha empeorado notablemente en los últimos años. Ese frente común para rechazar cualquier acción violenta en los partidos de categoría base impedirá el acceso de los aficionados a los partidos hasta el 18 de enero. Y no solo eso.
La Comisión Delegada de Control da Violencia inició un procedimiento sancionador contra el agresor del partido Sanxenxo-Rasoeiro, de tal forma que le prohíbe cautelarmente el acceso a todos los recintos deportivos. En una reunión convocada de urgencia, se acordó comenzar un procedimiento sancionador al agresor por una infracción muy grave, que en la Lei do Deporte de Galicia, podría conllevar una sanción de entre 60.0001 y 650.000 euros. Además, dependiendo de las circunstancias en las que concurren los hechos, la gravedad de los mismos y su repercusión social, podría tener que desempeñar trabajos sociales en el ámbito deportivo.
Desde la Administración autonómica tienen constancia de que este martes se ha presentado en el juzgado una denuncia de la Guardia civil por estos hechos. La Xunta, así como la Federación Galega de Balonmán y los clubes insisten en su «condena absoluta» ante lo ocurrido, así como ante cualquier suceso violento en el deporte o fuera de él. «Tenemos que conseguir acabar con esto entre todos y que la gente se conciencie. Hay que señalar a los que tienen estos comportamientos. Lo más fácil sería sancionar a los clubes, pero ellos también son víctimas de estos comportamientos», recalca Bruno López. Desde la Federación Galega de Balonmán piden el apoyo del balonmano nacional, de todas las instituciones y de los aficionados para que este suceso «no quede no olvido e supoña o cambio tan necesario que todos estamos desexando para o noso deporte». A través de un comunicado, reconocen que distintos clubes gallegos con equipos en categoría nacional mostraron su intención de apoyar esta iniciativa, que busca sensibilizar a toda la masa social. Lo que está claro es que las competiciones autonómicas jugarán a puerta cerrada las dos próximas jornadas de liga tras el acuerdo de los clubes y la Federación. Queda a decisión de los equipos disputar o no los torneos amistosos previstos en Navidad.
Esta es la primera medida tras la agresión de un aficionado del Rasoeiro al abuelo del árbitro, que permanece ingresado en la uci del hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo.