«Tendré un piso nuevo con una terraza de cien metros y una hipoteca de 530 euros al mes, algo impensable en Pontevedra»

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

Aarón Tomé es uno de los miembros de una cooperativa que impulsa un edifico en Valdecorvos. Defiende ese sistema para poder optar a una vivienda asequible

17 feb 2025 . Actualizado a las 17:05 h.

Basta un paseo por la inmobiliarias de la ciudad para comprobar que para alquilar un piso de tres habitaciones hay que partir de los 800 euros y aproximarse, incluso, a cifras con tres ceros. Si la fórmula es la compra, la situación no mejora. Es raro que una vivienda de obra nueva en el centro esté muy lejos de los 300.000 euros. Y eso son números que están muy por encima de las posibilidades de los trabajadores, que en Galicia tiene un salario medio de 23.300 euros al año, pero si son menores de 34 años, la cifra baja hasta los 18.000.

Aarón Tomé es un afortunado. Resume su realidad en una frase. «Tendré un piso de tres habitaciones, con una terraza de cien metros cuadrados por 530 euros al mes, algo impensable en Pontevedra». No solo él, los otros 35 vecinos que forman esta cooperativa en la que ejerce como portavoz, pagarán la misma mensualidad por una vivienda protegida. Al final de los años, su casa no habrá alcanzado los 200.000 euros, cuando el mercado inmobiliario de la ciudad sitúa la obra nueva en el entorno de los 300.000 euros. Al menos es el precio al que se venden algunas promociones junto al río, como las que impulsa el Grupo Viqueira o Novolérez.

El caso de Aarón Tomé es el de muchos particulares que optan por la cooperativa como fórmula para construir. Cuando su familia inició la búsqueda de un piso vivían en un apartamento en el que pagaba 350 euros al mes, pero su intención de formar una familia los llevó a pensar en mudarse. Algunos de los pisos que vieron en la zona de La Pasarela rondaban los 400.000 euros. Recorrieron muchos pisos hasta que encontraron Galca, que estaba poniendo un marcha una cooperativa y Aarón se informó de esa fórmula. Les convenció desde el primer momento. Son 36 vecinos que levantan su edificio en la parcela 15 de Valdecorvos, una urbanización en suelo de protección autonómico. «Están enladrillando el bloque dos y están levantando el uno, esperamos que en abril del próximo año podamos estar allí», explica Aarón.

Visita las obras con frecuencia. Ya se visualiza en ella. En un principio iba a vivir en un tercero, pero una renuncia hizo correr la lista y se quedaron con el bajo «Todos son más o menos iguales, pero este tiene una terraza más grande que la vivienda», comenta este pontevedrés, que se muestra encantado con la opción de construir a través de una cooperativa. Tuvieron que poner 18.000 euros para la entrada y a partir de ahí, hacen frente a las mensualidades. Pero, ¿cómo financian la obra? No todo el mundo puede acceder a este tipo de viviendas. Hay que cumplir una serie de requisitos. No se puede tener ninguna propiedad y tampoco superar cinco veces el IPREM en el momento de firmar el contrato.

Subvención Xunta

El Instituto Galego de Vivenda y Solo (IGVS) le concedió a la cooperativa una ayuda del Programa de fomento de alojamientos temporales, cohousing, de viviendas interxeneracionais e modalidades similares, enmarcada en el Plan estatal para o acceso a vivienda 2022-2025. La subvención otorgada fue de 1,8 millones, lo que supone el 28,3 % de la inversión prevista por la cooperativa, que asciende a 6,3 millones de euros. El resto del dinero que necesitan para levantar el inmueble lo solicitaron a Fiare Banca Ética, que le financia la casa por 30 años. Al finalizar ese proceso, el inquilino cooperativista podrá quedarse con el piso. «Solo trabajan con proyectos sostenibles y este lo es. Dependeremos de energías renovables. Es un proyecto que nos gustó y al que puede acceder la gente joven, la cooperativa fue un poco denostada, pero es una fórmula muy buena», apunta Aarón, que tiene ya un hijo de tres años. Su búsqueda de vivienda empezó antes de que naciese y espera que en el 2026 pueda estar correteando por esa terraza.

La ciudad crece con obra nueva hacia el Lérez y en la zona de Valdecorvos

La ciudad crece en distintas líneas. La piqueta trabaja sin descanso a orillas del Lérez, donde Metrovacesa tiene en marcha la cuarta promoción de Novolérez con 133 viviendas; Culmia construye Aires de Ponte, un inmueble con 45 pisos; el Grupo Viqueira proyecta 60 viviendas y la cooperativa Gestogar prevé levantar 56. La otra gran bolsa inmobiliaria está en Valdecorvos, donde haya hasta diez parcelas en las que ya se edificó o está revisto levantar vivienda protegidas, ya sean de promoción pública o privada. Lo que durante 40 años fue un dibujo en el planeamiento urbanístico de Pontevedra es hoy una realidad. El primer convenio se firmó entre el Concello y la Xunta en 1992 y desde ahí ha habido un importante parón hasta que se reactivó la zona hace ya unos cuantos años. El suelo está agotado (aunque no estén todos construidos), así que a la ciudad le toca crecer ahora hacía otros puntos. La Xunta impulsa ahora proyectos para San Mauro. Ya dio los primeros pasos para que se puedan desarrollar dos bolsas de suelo residencial para cerca de dos mil viviendas de protección autonómica.

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La oferta de obra nueva crece en la ciudad, mientras la situación de la vivienda se agrava cada vez más. Desde las inmobiliarias reconocen que en cuanto un piso se pone en el mercado «si la relación calidad precio es la adecuada, está alquilado ya en la primera semana». Patrica Aboal, de Inmobal, recalca que uno de los mayores problemas de Pontevedra es la «poca actualización que hacen los propietarios en las viviendas de alquiler siendo una minoría aquellos que las ponen en el mercado en condiciones óptimas».