Tres años de dolor y esperas

PONTEVEDRA

ADRIÁN BAÚLDE

Las familias rechazan otra prórroga de la instrucción y desean la pronta celebración del juicio que esclarezca el naufragio del Villa de Pitanxo

16 feb 2025 . Actualizado a las 10:20 h.

Se cumplieron ayer sábado tres años del naufragio del pesquero marinense Villa de Pitanxo en aguas de Terranova, con el doloroso e inolvidable lastre de 21 vidas humanas perdidas. Uno de los peores accidentes de la pesca gallega contemporánea, atribuible a una suma de malas decisiones, presumiblemente tanto del capitán del barco como de la casa armadora, según deberá esclarecer el juicio, cuya celebración sigue retrasándose.

Hace unas horas, entre los familiares de las víctimas, reunidos en los actos de recuerdo celebrados en Marín, el comentario predominante aludía a la última prórroga propuesta por el instructor. El magistrado Ismael Moreno, titular del juzgado número 2 de la Audiencia Nacional, quien lleva la causa desde el minuto uno, acordó proponer que se alargue seis meses más la instrucción del sumario, según acaba de comunicar a los encausados, a las familias de las víctimas, a la Fiscalía y demás partes personadas.

El motivo de esta nueva dilación es el retraso que acumula el organismo oficial dependiente del Gobierno de España, encargado de la investigación de este tipo de siniestros. Es decir, la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos, que depende del Ministerio de Transportes, que aún no ha concluido el informe definitivo, aunque hace un año que emitió uno preliminar, bastante esclarecedor.

Retrasos acumulados

Teniendo en cuenta que el sumario ya estaba en instrucción prorrogada hasta el próximo 2 de marzo, esta nueva moratoria por seis meses más, supondría alargar los trámites al menos hasta septiembre. De modo que en el mejor de los escenarios quizás para el cuarto aniversario de la tragedia, en 2026, podría coincidir la celebración del tan esperado juicio.

Los deudos de los 21 fallecidos lamentan esta nueva prórroga propuesta por el magistrado instructor. María José de Pazo, portavoz del colectivo, fue muy gráfica: «la ampliación del período de investigación es innecesaria». Recordaba que ya fue suficientemente concluyente el informe preliminar emitido por dos investigadores de la propia CIAIM que participaron en condición de peritos judiciales en la prospección realizada en el pecio del Villa de Pitanxo por el buque Ártabro, entre mayo y junio de 2023. Basándose en las filmaciones obtenidas con drones submarinos y en la recreación del siniestro, realizada en un centro especializado, las familias de las víctimas están persuadidas de que las pruebas reunidas señalarían de modo contundente que el pesquero marinense se fue a pique en las gélidas aguas de Terranova como consecuencia de negligencias del patrón, Juan Padín. En ese sentido se agarran a lo establecido por los investigadores que achacan la deriva del barco a las decisiones erróneas de Padín, una vez que el aparejo de pesca había embarrado en medio de un temporal muy duro. Las tentativas del capitán de desenganchar las redes del fondo del mar agudizaron la escora del pesquero que se fue a pique al inundarse en medio de olas de hasta diez metros y al pararse los motores, quedando sin gobierno.

Precisamente, en base al informe de los peritos, el capitán del pesquero permanece en condición de investigado, con obligación de comparecencias periódicas en el juzgado y con el pasaporte retirado, como presunto responsable de 21 homicidios por imprudencia. Sus decisiones en los minutos previos al hundimiento y su conducta cuando había que abandonar ordenadamente el barco, ponerse los trajes de supervivencia y subir a las balsas salvavidas dista mucho de la responsabilidad que debía. El testimonio de Samuel Kwesi, el único marinero que logró sobrevivir junto a Padín y a su sobrino, es pieza capital para incriminar al capitán y, en segunda instancia a la empresa armadora que intentó que los tres dieran una versión de los hechos maquillada.

Además, Pesquerías Nores tiene otro frente judicial abierto, pendiente de resolución en el juzgado mercantil nº 2 de Pontevedra, donde quedó visto para sentencia el pleito entablado por Mapfre, aseguradora del pesquero Villa de Pitanxo. Como reveló ayer La Voz de Galicia, la compañía de seguros acusa a los armadores de llevar un sobrepeso de 78.000 litros de gasóleo, escondidos en un depósito oculto, que dificultaría la maniobrabilidad del barco y hasta podría haber sido determinante para el naufragio ocurrido.

Aunque la causa que entiende el juzgado pontevedrés no se centra en el accidente y sus causas. Pero indirectamente, guarda relación. Pues si existiese ese depósito oculto, las inspecciones oficiales previas a que el Villa de Pitanxo zarpase a Terranova no lo detectaron y, en cambio, autorizaron que se hiciera a la mar. En ese ángulo es dónde la armadora establece su defensa, alegando que el pesquero tenía los papeles en regla. Y acusando a Mapfre de inventarse un artificio para no pagar la póliza de más de 4 millones de euros.

Duelo inacabado

Los actos de homenaje celebrados ayer son, también, un mecanismo de las familias para seguir transitando el duelo por las 21 pérdidas. Pero ese proceso sigue entorpecido por la tramitación inacabada del sumario y, sobre todo, por lo que tarda en celebrarse el juicio donde se esclarezca la verdad sobre lo sucedido y se depuren responsabilidades.

Solo se me ocurre trasladarles una máxima de Horacio para consolarles: «La justicia, aunque anda cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera».