Retranca para combatir el cabreo en Barro: le ponen un telefonista llamado Píter a un poste que lleva mes y medio a punto de caer sobre una casa

Retranca como antídoto a la desesperación que siente. Esa es la receta de Dolores Candeán, una vecina del municipio pontevedrés de Barro que reconoce que se está «volvendo totalmente tola» porque desde el día 2 de febrero, es decir, prácticamente desde hace mes y medio, un poste de Telefónica que quedó a medio caer por la acción del temporal se balancea sobre su vivienda, amenazando con caerse sobre la casa, la finca en la que está puesto o la carretera que pasa pegada. La mujer, como vio que ninguna de sus quejas surtió efecto y ni siquiera valió con denunciar ante la Guardia Civil, tira de ironía y mantiene ante la puerta de su vivienda a un fulano bien característico que ha hecho con sus propias manos. Para llamar la atención sobre la pesadilla que vive, Dolores construyó un telefonista, al que le puso por nombre Píter, y que dice que es un asistente virtual de Telefónica. El muñeco tiene una careta que da miedo. 

Ojo, que aunque el nombre se parezca no va dirigido al Pedro más conocido en España, a Pedro Sánchez, nada más lejos de la realidad. No se refiere al presidente este Píter. Dolores explica que su primer motivo de enfado con Telefónica llegó porque, tras hacer estragos el temporal en el poste y dejarlo a medio caer, ella no era capaz de que le atendiese ningún ser humano: «Soamente era posible falar con asistentes virtuais, e eu cheguei a falar con sete. E un deles chamábase Píter. De aí foi de onde saquei o nome para poñerlle ao boneco». 

Al quedar a medio caer, el poste provocó daños en el tejado de su vivienda y luego comenzó a balancearse de un lado a otro. Tras denunciar Dolores esta situación, cuando habían pasado 17 días del suceso, la empresa Telefónica aseguró a este periódico que las labores para retirar el mástil estaban previstas para el día 25 de febrero. Pero finalmente no se cumplió esa previsión. La vecina afectada indica que, efectivamente, acudieron a su propiedad operarios de subcontratas de Telefónica en más de una ocasión. Y que estuvieron negociando en qué sitio quedaría el poste, ya que ella no quiere que vuelvan a posicionarlo pegado a su casa porque teme que ante un nuevo temporal se repita la pesadilla que está viviendo. «Acordamos que o poñían cara o final da miña finca, pero dinme que ata dentro dun mes non poden», señala. 

Así que de momento, casi un mes y medio después, el poste continúa contoneándose a su aire. Dependiendo de dónde sople el viento, amenaza con caerse sobre su casa, sobre una finca o sobre la carretera colindante, que pertenece a la Diputación de Pontevedra. Dolores señala que en casa están viviendo esta situación con bastante angustia, sobre todo su suegra: «É unha muller de 94 anos que camiña cun andador, dende que está o poste así non se atreve a saír para fora, porque se cae ela non lle da escapado». 

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