Fernando Alfaro, músico y autor de «Mundo turbio»: «Los personajes de mis canciones viven también en la novela»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

TONI VILLAR

La opera prima del líder de Surfin? Bichos o Chucho es mucho más que una novel, ya que recopila todas sus canciones

16 may 2025 . Actualizado a las 15:14 h.

Mundo turbio, la primera novela de Fernando Alfaro, reconocido por su carrera musical al frente de Surfin’ Bichos o Chucho, así como también en solitario, no es una novela al uso. A fin de cuentas, «mi reto fue desde el principio incluir lo que ya había contado en las canciones de toda mi trayectoria, que llevo 35 años publicando discos. Están todas incluidas y por eso se subtitula ‘Una novela y todas las canciones’. Los personajes de mis canciones, la mayoría de ellos, están, viven también en la novela. Tienen ahí sus vidas e interrelacionan unos con otros», refiere en relación con una obra que presentará en Pontevedra el próximo 25 de mayo en Nasantiña (19 horas).

—¿Es necesario conocer sus canciones para adentrarse en «Mundo turbio»?

—No. Es muy llamativo y curioso para quien conozca las canciones. Quise incorporar lo que muchas de ellas relataban. Entra dentro de la trama de la novela todo lo que ya pasaba en las canciones. El tercer reto y el principal para mí era que, siendo esto así, cualquier persona que leyera la novela sin conocerme de nada, ni haber oído nunca ninguna canción mía, pudiera disfrutarla y que funcionara la historia por sí misma. Creo que es lo que mejor he conseguido. Eso no quita el hecho de que la acción, la temática y la narratividad de las canciones estén relacionadas con el relato.

—Eso es algo que se percibe en las presentaciones de la novela.

—Sí, esto es muy importante para hablar del espectáculo que estoy haciendo en directo a modo de presentación. En el caso de las cinco fechas que tengo en Galicia me acompañará Luis Boullosa, que es un gran escritor y amigo. En alguna ciudad voy a hacer una presentación previa en librerías, como en A Coruña o en Ourense, y luego un concierto en una sala. En otras, como en Pontevedra, será la presentación y luego, inmediatamente después, el concierto. Es una presentación habitual en la que se habla sobre el libro, el acompañante, normalmente gente entendida, gente docta, te pregunta sobre el, lo destripa de alguna manera. Pero lo más peculiar es el concierto porque es como una especie de monólogo tragicómico en el que voy contando un poco la historia de los personajes de la novela. No la destripo, no hago spoiler, sino que es una especie de teaser de lo que es la novela. Es un recorrido, una presentación de personajes y voy incorporando unas canciones para ir ilustrando el relato que voy haciendo. Es algo más que un concierto.

TONI VILLAR

—¿Cuando estaba preparando el libro no tuvo la tentación de hacer dos libros, por un lado, la novela y, por otro, el cancionero?

—No. Lo que hace especial a esta novela es que se basa en las canciones. Tiene mucho sentido que estén en el mismo libro, que se puedan consultar, pero no es imprescindible. Se puede leer la novela sin conocer las canciones para nada, pero también se pueden ver las interrelaciones. De hecho, incluso, la estructura de la novela. Se compone de catorce capítulos como hay también catorce capítulos de canciones que están ordenadas en torno al disco principal de la época. Los capítulos de canciones están nombrados con números romanos y los de la novela con números ordinales, pero hay una correspondencia entre cada capítulo de la novela el capítulo del disco en cuestión. Es una especie de interacción continua. Una primera idea mía era ponerlos alternos, ir alternando, de tal modo que al final de cada capítulo de narración iba el de canciones. Al final, decidimos con el editor que rompía la dinámica del relato. La redacción tiene un ritmo alto, por lo que era mejor ponerlas todas al final porque como tampoco, y vuelvo a repetirme, es imprescindible conocerlas... Tú planteas un juego y quien quiera llegar más allá, pues que llegue y sino, tampoco pasa nada.

—En el prólogo se dice que el protagonista, Ángel, «es un trasunto del autor, que es y no es él, como debe ser en la buena ficción». ¿Hasta que punto se ve reflejado en este personaje?

—Bueno, hay muchos rasgos biográficos que no comparto con él. No he estado en la cárcel, no he mataba a nadie, ni siquiera por accidente, no soy bisexual como sí es él. Ya. Hay una serie de rasgos suyos que no comparto, pero hay otras cosas que sí. En toda narración de ficción hay un componente importante autobiográfico, como mínimo en el sentido de vivencias internas o cosas que podrían haber pasado o que le han pasado a gente muy cercana. Siempre hay algo de autobiografía, siempre. Uno escribe o necesita escribir de lo que conoce, de lo que es.

—El título, «Mundo turbio», además de aludir al apellido del protagonista, ¿hace de alguna manera referencia a la industria musical?

—Es un libro que está basado en canciones y está publicado por una editorial que, sobre todo, publica libros sobre música, la mayoría, o deporte. Son novelas normalmente escritas por músicos, como es el caso de esta. Entonces es un libro, en cierto modo, de los que denominan libro pop, pero no habla de música prácticamente nada. En el relato no se habla de música, el protagonista no es músico, solamente uno de sus amigos lo es. Pero tienes razón en que en el fondo sí que está hablando también del mundo de la música. Al fin y al cabo, forma parte del mundo real. Entonces, sí. Es un mundo turbio como lo es también el de quien no está metido en la música.