Fitipaldi, un pontevedrés de 58 años que está vivo «de milagro», estrena la campaña de vacunación de la gripe
PONTEVEDRA
El varón vivía solo cuando le dio un ictus y estuvo 48 horas «tiradiño no chan». Ahora es un usuario más de la residencia de Campolongo, donde este lunes se inició la vacunación, que seguirá con los niños y luego los mayores
29 sep 2025 . Actualizado a las 14:10 h.Puede que el sol y las temperaturas de estos días nos hagan pensar que estamos en verano todavía, pero el otoño está en marcha y la campaña de la gripe también. En el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés se estrenó esta mañana de lunes en varias residencias, entre ellas el único centro residencial público de la ciudad pontevedresa, ubicado en Campolongo. Fue allí donde acudieron tanto los responsables sanitarios como el delegado de la Xunta, Agustín Reguera, para adelantar el calendario de la campaña de la gripe y explicar las novedades de este año. Ellos también fueron testigos de cómo el 99 % de los usuarios de la residencia se vacunaron de gripe y covid. Y los trabajadores, el 99 % también de la gripe y el 75 % de covid. El primer usuario de la residencia que prestó su brazo para la campaña de vacunación fue Pepe, apodado Fitipaldi por lo rápido que se mueve con su silla de ruedas, un hombre con una dura historia y sonrisa en cara: «¡Hai que vacinarse!», animaba este vecino, que tiene 58 años de edad, así que es uno de los residentes más jóvenes.
A las 10.00 horas, los setenta usuarios de la residencia de Campolongo ya esperaban con ansia a que se iniciase la vacunación. «Nada de preguntas, primero que me pinchen», decía Emilia, que se negaba a confesar su edad y que esperaba la vacuna. Pensó que iba a ser ella la primera en entrar, pero se despistó con el andador y Pepe la adelantó rápidamente con su silla de ruedas. Así que él fue el primero. Él tiene solo 58 años pero siente que está vivo «de milagro». ¿Por qué? Explica que él es de Campo Lameiro y que trabajaba en la construcción. Vivía con su madre, que luego falleció, así que se quedó solo en casa. Hace casi tres años, estando ya residiendo en solitario, le dio un ictus. Se cayó al suelo, en la zona de las escaleras, y ahí se quedó 48 horas: «Estiven dous días tiradiño no chan. Os veciños ao final avisaron a unha sobriña miña porque me vían o pan colgado na porta e iso pareceulles raro», cuenta este hombre.
Una ambulancia medicalizada le llevó al hospital de Montecelo. Los médicos, recuerda él, le dijeron a su familia que iba a ser difícil que se recuperase: «Case non tiña pulso». Pero al final salió adelante, aunque le quedaron secuelas importantes. Se le paralizó prácticamente todo el cuerpo y, aunque ya ha ido recuperándose, se convirtió en un usuario de una silla de ruedas. Pasó a vivir en la residencia de Campolongo, aunque es habitual que pase el día recorriendo con su silla la ciudad de Pontevedra, ya que dice que en el centro apenas hay personas de su edad: «Sempre ando dando voltas por aí», indica. A su lado, el director de la residencia, Juanjo López, afirma con la cabeza y añade: «Precisamente, le puse el apodo de Fitipaldi por cómo va con la silla, a toda velocidad». Pepe, más joven que la mayoría de los residentes, colabora en lo que puede con el personal. Hace poco le encargaron que preguntase a sus compañeros qué se podía mejorar de la comida. Y así lo hizo: «Fixen unha especie de enquisa e a xente pediu, por exemplo, que puxeran máis ensaladilla e tortilla», cuenta él sin dejar de sonreír.
Tras Pepe se vacunó Emilia y muchos otros residentes más. De los 70 que están ahora mismo en la residencia, solamente una persona mayor rechazó la vacunación. Ese altísimo porcentaje de vacunación hizo que Silva Amoedo, subdirectora de Enfermería en el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés, le diese la enhorabuena a los residentes. Dijo de ellos que siempre son «un exemplo». Después, ofreció datos sobre cómo se desarrollará la campaña de la gripe en el área sanitaria.
Señaló que, por el momento, se va a vacunar a los residentes. En ese caso, este lunes se empezó con la inoculación tanto en la residencia pública de Pontevedra como en ServiSénior de Vilagarcía y Mama-Mela de Forcarei. Se proseguirá con el resto de centros residenciales, donde el área sanitaria están llamados a vacunarse 1.432 usuarios y 344 trabajadores. Se espera que los porcentajes de inoculación tanto de la gripe como del covid sean muy altos, como ocurrió en años anteriores.
A partir de ahí, le tocará el turno a los niños desde los seis meses a los once años. Habrá vacunación para ellos tanto en centros escolares (pero se trata de un proyecto piloto, así que solo se hará en algunos colegios) y también en los centros de salud. Los padres no tienen que pedir cita, simplemente esperar a que les llegue de forma automática un SMS en el que se les indicará si deben acudir al centro de salud o si ya los vacunan en el colegio. En el área sanitaria de Pontevedra-O Salnés se llamará a vacunar a 2.014 niños de la citada franja de edad.
Tras los pequeños, se vacunará a los mayores que no viven en residencias. Primero, a la franja de más de 70 años (hay una población en el área en esa franja de edad de 53.175 personas) y luego a la de 60 a 69 años. En este último caso, el número de personas llamadas a vacunarse es de 38.318. En total, en el área sanitaria se pretende inocular a una población de 91.000 personas. La campaña no acabará hasta el día 31 de diciembre y en esta ocasión no se contará con recintos que hagan de vacunódromos, sino que todas las inoculaciones se harán en los centros de salud, tanto en los cabecera de comarca como en los periféricos.