El Banco de Alimentos de Pontevedra se fija un reto: 800 voluntarios y 325.000 kilos de comida en dos días de recogida

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Los voluntarios del Banco de Alimentos con el presidente provincial, José Ramón Santamaría, y el responsable en Pontevedra, José Luis Doval
Los voluntarios del Banco de Alimentos con el presidente provincial, José Ramón Santamaría, y el responsable en Pontevedra, José Luis Doval Ramón Leiro

La campaña será el 7 y 8 de noviembre en supermercados de toda la provincia

08 oct 2025 . Actualizado a las 19:10 h.

En el Banco de Alimentos las estanterías están a medio gas. Mucha leche y algunas bolsas preparadas para ser entregadas es la imagen que dejan este primer lunes de octubre. Media docena de voluntarios desempeñan su trabajo entre cajas y paquetes, mientras el presidente provincial de la asociación, José Ramón Santamaría, lanza un mensaje de ayuda. Es un sos a la población para que saquen su lado más solidario el 7 y 8 de noviembre, fecha de la gran recogida del Banco en la provincia. Solo en la comarca de Pontevedra y O Salnés necesitan que 800 personas se unan a un trabajo con la solidaridad como única contrapartida. «Necesitamos un 15 % más de colaboradores que hace un año. Si en el 2024 fueron 2.200, ahora hacen falta más de 2.500», puntualiza Santamaría, mientras señala la imagen de las estanterías del bajo que ocupan en la calle Faustino Santalices de Pontevedra. Sabe que es una imagen habitual llegada esta época del año, pero quieren volverlas a ver rebosando. «Llegamos bajo mínimos, pero es algo que tenemos más o menos programado. Por el histórico sabemos hasta donde van a llegar», recalca, al tiempo que recuerda que este año inician la campaña veinte días antes.

De esos más de 2.500 voluntarios para repartir por supermercados de toda la provincia, unos 800 estarán en la comarca del Lérez y O Salnés. «No se necesitan más de cuatro horas de tiempo para estar en los supermercados», apunta el presidente del Banco de Alimentos para animar a los pontevedreses a unirse a esta gran recogida anual. A lo largo del año ponen en marcha tres más, pero la que cubre la campaña de Navidad es la más importante. «Nuestro objetivo es alcanzar los 325.000 kilos de comida», asegura José Ramón.

Espera que la solidaridad de la provincia rebase sus expectativas, pero sabe que incrementar un 15 % es un reto ambicioso. Y para ello, este año, como ya hicieron el pasado, harán un llamamiento a distintos colectivos para que se impliquen. «La campaña en los colegios es una herramienta muy importante porque además generamos en los más pequeños la importancia de ayudar al que más lo necesita», apunta el presidente del Banco, que para la gran recogida contará también con los veteranos de la Guardia Civil, la Brilat, la Escuela Naval de Marín y los internos de la prisión de A Lama. El ejercito se encargará sobre todo de las labores de logística para trasladar los alimentos del supermercado a la sede.

La demanda de alimentos no varía demasiado de unos años para otros. «Necesitamos conservas vegetales, de pescado o carne, pero ahora también hay legumbres cocidas que son muy importantes porque no obligan al consumo energético», explica José Luis Doval, responsable del Banco de Alimentos en Pontevedra. A estas peticiones que llegan de las entidades a las que nutren, se suman la leche, las galletas y el aceite, además de todo tipo de alimentos perecederos. «Nos transmiten que hay un repunte de familias necesitadas, solo en Pontevedra se benefician más de cinco mil personas a través de 40 colectivos», puntualiza Doval, que como Santamaría, asegura que el perfil de los demandantes de ayuda es de familias inmigrantes procedentes de Sudamérica y África.

José Augusto Remelgado, voluntario en el Banco de Alimentos de Pontevedra
José Augusto Remelgado, voluntario en el Banco de Alimentos de Pontevedra Ramón Leiro

José Augusto, voluntario a los 74 años: «Venir a ayudar a los demás me quita de estar en casa»

 

 

A las ocho de la mañana es habitual que José Augusto esté ya en la nave del Banco de Alimentos de Pontevedra. No abren hasta las nueve, pero las cinco horas de voluntariado de la mañana se le quedan cortas y no quiere fallarle a las dos asociaciones que diariamente vienen a recoger los alimentos que repartirán entre asociaciones que ayudan a los más necesitados. A sus 74 años podría estar descansando todas las mañana después de una vida dedicada al mar, pero él no es así. Le va la marcha. La de la solidaridad.

Hace ocho años que cruzó la puerta de esta nave de Faustino Santalices y no ha dejado de hacerlo desde entonces. «Seguiré siempre mientras tenga salud, solo falté cuando estuve ingresado. Es mi forma de ayudar y de pasar el tiempo», dice este portugués afincando en Pontevedra desde hace más de 50 años. Se encarga de manejar el toro para trasladar la mercancía por la nave. La clasifica y la reparte. «También voy si hace falta a los supermercados a por los productos», explica. La merma diaria de muchos de estos negocios acaban en el Banco de Alimentos de Pontevedra.

A José le apasiona lo que hace. «Venir aquí me quita de estar en casa. Tenemos buen ambiente, somos compañeros», explica. Lo cuenta con el mimo de quien quiere subir a más voluntarios a su proyecto. En la mesa de la entrada están los albaranes pendientes de cubrir y las cajas en las que irán distribuyendo las bolsas que pasarán a recoger las asociaciones y oenegés que trabajan directamente con las familias. «En cada paquete metemos verdura, fruta, precocinados, yogures, dulces, pan, carne y algo de leche», apunta. Comprueba que en el reparto no falte nada. Sabe que el destinatario final es el único que importa en esta cadena.

Este lunes saldrá a la una de la tarde, comerá en su casa, verá La ruleta de la suerte hasta que se quede dormido no más de 15 minutos y saldrá a pasear. No es amigo de estar parado. Por ahora el Banco es su motor.