De abuelas a nietos: las recetas que inspiran menús en el Carlos Oroza de Pontevedra

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Cipriana Carabelos con su nieto Adrián Rodríguez, en el taller de cocina del CIFP Carlos Oroza de Pontevedra
Cipriana Carabelos con su nieto Adrián Rodríguez, en el taller de cocina del CIFP Carlos Oroza de Pontevedra RAMON LEIRO

Adrián Rodríguez rescata la empanada de bacalao de Cipriana Carabelos

12 ene 2024 . Actualizado a las 20:23 h.

El próximo lunes, 24 de enero, el restaurante Álvaro Cunqueiro del centro integrado de formación profesional (CIFP) Carlos Oroza de Pontevedra servirá un menú especial. Por solo 10 euros los comensales podrán degustar los platos que conforman una actividad formativa denominada A cociña das avoas recuperada polo alumnado. El día 25 se repetirá propuesta con otro menú especial con historia.

El profesor Ricardo Fernández Guerra explica que el centro educativo da un paso más en el proyecto de recuperación en el que llevan trabajando desde el curso 2019/2020, inspirados en la iniciativa de periodismo gastronómico Los Recetarios. Se ha realizado una selección de elaboraciones de diferentes mujeres, abuelas o tías de alumnos o exalumnos. Así se ofrecerán dos menús compuestos por piezas de cocina «que encaixan perfectamente entre si para organizar dúas xornadas de exaltación da cociña tradicional galega, a cociña das avoas da segunda metade dos anos 1940». Se han recuperado platos de diez mujeres.

Entre esas recetas está la empanada de bacalao con pasas de Cipriana Carabelos, de 85 años y vecina de la parroquia de Salcedo, en Pontevedra. Será uno de los entrantes del menú del lunes. Adrián Rodríguez, de 23 años, es nieto de Cipriana. El joven estudia 2.º del ciclo medio de Cociña e Gastronomía. Este viernes La Voz los reunió en el taller de cocina del Carlos Oroza para que comentaran sus impresiones. Adrián cuenta que su abuela fue siempre una mujer muy activa en unos tiempos difíciles. «Trabajó unos años en la cocina del bar de la Brilat, donde comían 1.700 personas. También cuidaba de la finca y de los animales y tuvo cinco hijos», relata su nieto. Adrián recuerda a Cipriana cocinando. Se le pregunta qué tiene de especial la empanada de bacalao de su abuela. «Es quizá lo más conocido de ella. Los domingos vamos a su casa y siempre la hace, a los nietos nos encanta. Es especial por la masa, sea de maíz o de trigo, y sobre todo por el interior. Se suele hacer con el bacalao desmenuzado, pero ella es de meter trozos grandes, el filete entero, es generosa con el bacalao», señala el alumno. Desvela que uno de los sueños que tenía su abuela era montar un furancho. «Se sorprendió y se alegró mucho cuando le dije que iba a estudiar cocina, algo que yo nunca había visto como mi futuro», reconoce Adrián.

Cipriana, que es todo un alarde de desparpajo, empieza contando que el suyo fue el nombre que le pusieron sus padres. «Agora xa non ten remedio, hai unhas trinta Ciprianas en Galicia», dice. Tirando de modestia, comenta que no es una experta cocinera, pero sí que es de esas personas que tira de lo que tiene en casa para apañar algo. Durante muchos años también cocinó cordero porque tenían animales, hasta que se aburrió de él. Recuerda que durante unos ocho años fue ayudante de cocina en el bar de la Brilat, que estaba cerca de su casa. Cipriana está encantada con que su nieto Adrián esté estudiando cocina. «Que aprenda, que sexa listo e que siga estudando outro curso [el ciclo superior, le apunta su nieta Lorena]. Que vaia mellorando e chegue a ser como Pepe Solla. É unha alegría para el e tamén para min que aprobe», recalca Cipriana, que añade que también será bueno en el futuro «para a muller que busque».