Más vale (muy) tarde que nunca

LA SEMANA DE EUGENIO GIRáLDEZ

PONTEVEDRA CIUDAD

CAPOTILLO

Los principales partidos comparten responsabilidades en la nula capacidad de Pontevedra en generar suelo empresarial

19 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Esta semana nos ha dejado de manifiesto las profundas incoherencias en las que caen y recaen los principales partidos políticos que aspiran a gobernar Pontevedra cuando se trata de políticas de apoyo al emprendimiento. No deja de resultar irritante que tanto BNG como PP pugnen estos días, en una competición que bordea el ridículo, reclamando la ampliación del parque empresarial de O Campiño, cuyo crecimiento lleva años paralizado sin muestra alguna de condolencia ni de nacionalistas ni de populares.

El PSOE tampoco se libra de responsabilidades, por todos los años que lleva de socio en los gobiernos municipales de Lores, compartiendo por tanto la nula capacidad de la ciudad de Pontevedra en generar suelo empresarial. Y, de paso, el desinterés del propio Concello en promover suelos municipales, al carecer de un nuevo Plan de Urbanismo.

Los concejales socialistas han sido cómplices del BNG que «olvidó» en algún cajón de las oficinas municipales el nuevo PXOM contratado con Consultora Galega. Recuerden que Miguel Fernández Lores, quien fue el único concejal que en 1989 votó en contra del PGOU que aprobó el resto de la corporación, lleva 24 años gobernando la ciudad con ese plan urbanístico que denostaba, pero que le ha permitido a él y a Mosquera hacer de la capa un sayo.

O Vao

La corresponsabilidad de los tres grandes partidos del consistorio en la inexistencia de suelo empresarial llega al punto de haber sido directa o indirectamente partícipes de complicar la promoción surgida de la iniciativa privada. Como es el caso del emprendimiento más importante que hemos tenido en la ciudad en esta época: la segunda fase del parque comercial de O Vao, atascado desde hace 20 años por informes y trámites de las Administraciones municipal, autonómica y central. Por tanto, de la competencia de cargos públicos nacionalistas, socialistas y populares.

En esta misma semana hemos conocido que el Concello otorgará («en breve») las licencias de construcción para que, después de la «minucia» de 20 años de retraso, las empresas interesadas acometan, por fin, la construcción de los establecimientos proyectados en esa ampliación del polígono comercial.

No deja de resultar tragicómico que la tramitación de este proyecto no se haya llevado a cabo de modo más diligente por las tres administraciones concernidas, pese a la trascendencia económica que tendrá.

Recuerden que facilitará la creación de 250 puestos de trabajo atrayendo a firmas de tanto tirón como Decathlon, Leroy Merlin, Eroski, JYSK y Kiwoko. Y las que se quedaron atrás, desenganchándose del emprendimiento del grupo Nogueira a través de la firma inmobiliaria Ponteno, y que optaron por asentarse en Pontevedra en otros espacios debido al retraso acumulado, o bien desistir.

O Campiño

Que tanto el BNG como el PP compitan ahora en demandar más suelo industrial en el municipio, es una reclamación de un cinismo pétreo, solo explicable a semanas de las elecciones locales. En esto también comparten tanta culpa de la carencia como tiempo llevan al frente de las instituciones que pudieron promover más hectáreas para asentamiento de empresas. Tanto el Concello de Pontevedra como la Xunta de Galicia tienen responsabilidades directas en que no se haya generado un metro cuadrado más de suelo empresarial de promoción pública en el municipio desde que se abrió el polígono de O Campiño en 1994.

En este postureo el PSOE también participa. A través del alcalde de Ponte Caldelas, Andrés Díaz, los socialistas también se encaraman al carro reivindicativo, exigiendo la ampliación, si bien con el matiz de demandar que se haga del lado pontecaldelán. Porque, ciertamente, los únicos crecimientos que tuvo el polígono de O Campiño durante casi 30 años, fueron hacia terrenos del municipio vecino. Primero con la ampliación en A Reigosa. Medio millón de metros cuadrados que fueron urbanizados y puestos a la venta en el 2011 por Xestur. Y después con el sonoro fracaso de la central de transportes, cuyo espacio fue reconvertido en parcelas para uso industrial del sector terciario.

Otras expectativas de suelo industrial en Pontevedra se han ido al garete, lo que ha ayudado a que tomasen aire proyectos que estuvieron en la uci como el polígono de Nantes y, sobre todo, el parque empresarial de Barro-Meis, auspiciado por la Diputación de Pontevedra.

Froiz

En medio de todo este «circo» al menos surgió una propuesta plausible: se otorgará a título póstumo a Magín Alfredo Froiz el nombre de una calle en la ciudad, en reconocimiento a los méritos de un empresario que generó miles de puestos de trabajo y apoyó tantas iniciativas sociales. Y que, por cierto, también fue víctima de la falta de suelo industrial en Pontevedra y Poio teniéndose que llevar a Barro-Meis, la construcción de su nueva central logística.

La iniciativa surgió del PP local, en una muestra de reflejos de Rafa Domínguez y los suyos que cogió en fuera de juego al BNG, cuyo malestar era evidente en la cara de la concejala Carme Da Silva cuando dio cuenta del asunto en rueda de prensa. A los del PP no se les escapó el primer aniversario del fallecimiento de Froiz. Los del BNG, en cambio, tienen más reflejos cuando se trata de quitar calles como hicieron con el rey emérito.