Ence y el eje Pontevedra-Marín

PONTEVEDRA CIUDAD

La pastera reanuda el Plan Social, pero no incrementa la dotación, mientras Xunta de Galicia y Concello de Pontevedra rivalizan en anunciar inversiones

02 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Varias de las noticias más destacables de la semana destilan aroma electoral y propician el intercambio de acusaciones, cada vez más intenso, cuanto más cerca estamos de los comicios municipales. Menos de dos meses. Además, se da una circunstancia (¿casual?): varias de esas noticias gravitan en torno a Ence y al eje Pontevedra-Marín.

Así tenemos que la reactivación del Plan Social que patrocina la celulosa, cuyo anuncio, celebrado en el edificio de la Xunta en Campolongo, fue interpretado por el alcalde Fernández Lores como un uso instrumental de dependencias administrativas por parte del Partido Popular. Por cierto, la acusación del candidato del BNG a la reelección llegaba horas después de que el aspirante popular, Rafa Domínguez, hubiese recriminado al regidor que se vaya a gastar 32.000 euros del dinero de todos los pontevedreses en pagar al bufete del exministro Fran Caamaño para que recurra la sentencia del Supremo que validó la prórroga de permanencia.

También ocurrió que el propio presidente gallego, Alfonso Rueda, protagonizase el martes en Lourizán, a pocos metros de la celulosa, el anuncio de que la Xunta aumenta la inversión para reformar la PO-546, más conocida por todos como la carretera vieja de Pontevedra a Marín. Y asimismo aconteció la presentación de la reforma de la plaza da Liberdade, sita en uno de los extremos del eje Pontevedra-Marín. Según el anuncio realizado por el alcalde y la Federación de Asociaciones de Vecinos Castelao, se maneja un presupuesto estimado de 450.000 euros, un auténtico dispendio comparado con otras necesidades más urgentes. Afortunadamente, en medio de todo, el alcalde y el concejal de Deportes reaccionaron, in extremis, con la cordura necesaria anunciando que el Concello sale al auxilio económico de las piscinas de Pontemuíños con una aportación de 200.000 euros, hasta el 31 de diciembre. ¡Sin tiempo no fue!

Ence no se estira

En febrero, a raíz de la sentencia del Supremo, reclamé desde esta página que Ence fuese agradecida con el entorno y recuperase la dotación no gastada en los tres últimos años, desde que canceló unilateralmente el Plan Social. Y no fui yo el primero en plantear semejante hipótesis, sino Francisco Conde, vicepresidente primero y conselleiro de Economía de la Xunta quien declaró entonces que el gobierno gallego exigiría a la empresa pastera que el Plan Social «tenga carácter retroactivo y nosotros así se lo demandaremos», según Conde.

Pues parece claro que Ence no está por la labor. No habrá hasta nueve millones de euros, sino la habitual consignación de tres millones para ese fondo con el que la empresa subvenciona actividades deportivas, culturales, medioambientales, vecinales y, también, publicitarias, que podrán presentarse a partir del lunes de Pascua. A mí me parece un error de bulto. Trasladan una imagen cicatera. Y pierden la baza de contrarrestar, en mayor medida, la política de subvenciones y convenios del Concello, la mayor herramienta de propaganda utilizada durante estos años por los gobiernos de Lores.

Ence no puede pretender obviar que, pese a la amenaza judicial que existía, la fábrica siguió produciendo. Sin embargo, incumplió, desde el 2020, el Pacto Ambiental suscrito con la Xunta de Galicia como, por cierto, les censuró hasta el propio Rafa Domínguez «por romper el compromiso y una responsabilidad adquirida que tenía con Pontevedra», según declaró en octubre del 2022. Ahora que la empresa «disfruta de la prórroga de forma pacífica», según frase de Antonio Casal, deberían estirarse. Señalizaría una voluntad de concordia social.

El presidente Rueda puja fuerte en su ciudad de cara a las citas electorales y subió la apuesta hasta casi diez millones de euros para convertir la vieja carretera PO-546, en un «eixo de mobilidade sostible», según la definición oficial. Lo que viene a ser una conversión a bulevar, aunque con matices. Habrá ensanche de aceras, senda peatonal y ciclista, algún aparcamiento disuasorio, pero se mantendrá la calzada de doble dirección. Y aunque podría haber lombos como reclama el Concello, veremos cuántos, ya que por esa carretera circulan a diario cinco mil vehículos, entre ellos decenas de camiones que van y vienen de Ence.

La actuación que se desplegará hasta Estribela, es una buena noticia para los vecinos de Mollavao que llevan esperando siete años por el proyecto de reforma urbana prometido y reiterado por los gobiernos de Lores. Languidece en algún despacho. Como otros muchos prometidos: en Pastor Díaz y calles adyacentes; Castelao/Daniel de la Sota; Eduardo Pondal (¡ojo a un previsible futuro cierre al tráfico); A Santiña en Lérez o la ampliación de San Mauro. Todos ellos reiterados por el munícipe cuando presentó el Plan de Contratación de 2023 —ya se sabe que el papel lo aguanta todo— aunque semejante inclusión no presupone inminente ejecución. En cambio, sorprende que acabe de anunciar la reforma de la plaza da Liberdade, con una previsión de gasto a todas luces excesiva para afrontar un cambio estético en superficie de un espacio de escaso uso ciudadano. Aunque, eso sí, también se reconvertirá la fracasada cafetería para regalársela a la Federación de Asociaciones de Vecinos Castelao como nuevo local social.