El gerente de la discoteca La Luna: «Nos dicen que deberían subvencionarnos, que aquí se curan más depresiones que en el médico»

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

Hay agencias turísticas del norte español que en los viajes que ofrecen a Galicia incluyen una visita a la mítica sala de fiestas de Pontevedra, donde se baila, se comen bocatas y se ven partidos de fútbol

22 ene 2024 . Actualizado a las 19:36 h.

 A Jorge Santos, gerente de la discoteca La Luna de Pontevedra, le gusta imaginarse cómo sería su relación con esta mítica sala de fiestas si no trabajase en ella: «Por mi edad, que todavía soy joven [señala entre risas] me pegaría ir los sábados a bailar con mi pareja... y dentro de poco también los domingos por la tarde. Es que tenemos para todos los públicos», indica. Luego, habla de cómo van las cosas. Y, realmente, van bien: «Es difícil dar cifras, pero todos los fines de semana tenemos a miles de personas bailando... eso es tremendo», indica. Luego, haciendo gala de su capacidad comercial, enseguida aprovecha para meter la cuña de lo que ocurrirá este fin de semana: «Este sábado tenemos al grupo Assia, que es un auténtico espectáculo... se va a montar una fiesta tremenda. Y el domingo más fiesta con el trío Nostalgias».

La discoteca La Luna, ubicada a orillas de la carretera que va desde Pontevedra hasta Caldas de Reis, tiene 35 años de historia a sus espaldas. Abrió en el año 1989 para dar el relevo a Brais, una sala de fiestas que hubo anteriormente en estas instalaciones. Poco a poco se fue convirtiendo en un local mítico para la gente de mediana edad o mayor. Y, aunque trabaja con públicos muy distintos dependiendo del día o la hora (abre los sábados y los domingos), ahora es todo un templo de referencia para quienes, ya entrados en años, buscan un lugar donde mover el esqueleto cada fin de semana. Una de las claves de su éxito es que los responsables de la sala fletan autobuses desde distintos puntos de Galicia, que llegan el domingo a media tarde a La Luna, y regresan a los lugares de partida hacia la medianoche. Los usuarios pagan únicamente cinco euros por el viaje y la entrada. Hay autocares desde O Porriño, Ribeira, Moraña, Santiago y Vigo. Y tienen peticiones de bastante más lugares, pero van poco a poco: «A ver si podemos ampliar y que el de O Porriño vaya a Ponteareas, que nos lo están pidiendo», indica. A Jorge no para de sorprenderle todo lo que ocurre con la sala de fiestas. Por ejemplo, se confiesa ojiplático con el tema de las excursiones de fuera de Galicia que visitan La Luna: «Es que hay agencias que cuando ofrecen viajes a Galicia ya incluyen venir a nuestra sala y pasar allí una tarde o una noche de diversión. Ahora va a venir un grupo de Cantabria y eso es algo muy emotivo», explica. 

¿Cuál es la clave para triunfar tanto? Jorge Santos cree que hay varios factores que ayudan, pero el principal es que lograron armar un baile en el que una legión de personas de mediana o de avanzada edad se lo pasan bien y se olvidan de las penas. Señala que es algo que le repiten una y otra vez cada fin de semana: «Nos dicen que deberían subvencionarnos, que aquí se curan más depresiones que en el médico». Y sus palabras se reflejan en el Facebook de la sala de fiestas, donde todas las semanas llueven comentarios de bailarines de las cuatro esquinas de Galicia que cuentan que gracias a sus tardes de domingo en la sala de fiestas se sacuden la tristeza que llevan dentro. «Para el que nunca estuvo en La Luna le diré que no hay nada mejor contra la depresión, el estrés y el aburrimiento. Cinco horas allí los domingos y estarás curado. Solo hace falta que te guste un poquito la música», opinaba un internauta hace poco. Y en esa línea hay decenas de comentarios. 

La Luna está ahora en su temporada alta, ya que en verano con las verbenas baja también la asistencia. La gerencia intenta contar con música en directo todos los fines de semana. Y en ocasiones programa actuaciones especiales como la del grupo Asia de este sábado. En este caso, la entrada cuesta más y hay que pagar diez euros con derecho a una consumición. Cuenta Jorge Santos que, si bien en las franjas horarias en las que acuden más jóvenes (en la madrugada del sábado o la noche del domingo) se venden muchos cubatas, lo habitual entre la gente mayor es consumir agua o refrescos como tónicas. Si hay algo que les funciona especialmente bien es la bocatería con la que cuenta la discoteca: «Hasta nos hicieron algún pedido para llevar», indica. Y otra de las curiosidades que incluye La Luna es que, paralelamente al baile, durante las tardes de los domingos también se pueden seguir los partidos de fútbol. Así que cada uno elige cómo quiere divertirse.