Sanxenxo festejó su Mundial de Colchonetas: mucho humor, imaginación y ganas de pasárselo bien en un chapuzón en la ría de Pontevedra
SANXENXO










La moda hawaiana compitió con los floridos estampados caribeños y los bombines de Chaplin en la prueba más divertida del verano
22 jul 2025 . Actualizado a las 14:40 h.Las ganas de diversión y el sentido del humor de los participantes del Mundial de Colchonetas, que todos los años organiza la asociación O Cubreiro, en la playa de Panadeira, en Sanxenxo, se impuso a un cielo encapotado y que por momentos se ponía a lloviznar en un mediodía atípico de domingo del mes de julio. Había ganas de disfrutar y ni el viento ni la amenaza de lluvia pudieron con los participantes, entre otras cosas, porque ya tenían pensado mojarse, no en vano esta competición exige ir nadando hasta una boya y regresar a la arena.
En el Mundial de Colchonetas se premian el sentido del humor y los disfraces, con una colchoneta como elemento principal para moverse por agua, así que desde las doce del mediodía se celebraron las tres mangas, conforme a distintas franjas de edad, con los asistentes más coloridos e imaginativos posibles. A la orilla de Panadeira llegaron así tanto un grupo de hawaianos, como otros vestidos a lo Charles Chaplin, bombín incluido, o un grupo de soldados de las fuerzas especiales con la cara pintada de verde, u otro grupo vestido con floreadas camisas de estampados caribeños que servían de homenaje al cantante Juan Luis Guerra, que estuvo en Sanxenxo el sábado, pero no pudo concluir su concierto por causa de la lluvia que cayó a raudales. Los cielos también se mostraron desapacibles este domingo durante la prueba principal del mundial, pero nadie se retiró de la playa, con un público también entregado y que observaba la actividad desde las escaleras de Panadeira,
En esta ocasión, la organización señaló que había más de 250 personas apuntadas, entre adultos y niños, y un total de 25 grupos. Eso sí, que nadie piense que porque esta prueba es para divertirse no tiene también su aquel. Muchos grupos participantes guardaron en celoso secreto su disfraz hasta el momento de bajar a la arena, porque no es cuestión de darle pistas a los rivales y que otros se queden con los laureles del disfraz en colchoneta más divertido. Así que, muchas fotos, muchas risas, y también sana competición. La seguridad también tiene su incidencia en esta actividad, porque se revisaron las colchonetas más adornadas y dos lanchas, una con socorristas y otra de la organización, siguieron la evolución de toda la prueba desde el perímetro de la zona de baño. El cielo al final respetó, el aguacero que amenazaba se quedó solo en ligera llovizna, y todos, nadadores y público, pudieron pasar un rato agradable e irrepetible en el que quizás sea el mundial donde sea más fácil participar de todos cuanto en el mundo, valga la redundancia, se organicen.