La promotora de Juan Luis Guerra en Sanxenxo dice que está en marcha la devolución de más de un millón de euros en entradas: «Paciencia, todo o mundo vai cobrar»

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

SANXENXO

Una imagen del público disfrutando del concierto de Juan Luis Guerra en Sanxenxo antes de que la lluvia obligase a pararlo.
Una imagen del público disfrutando del concierto de Juan Luis Guerra en Sanxenxo antes de que la lluvia obligase a pararlo. ADRIÁN BAÚLDE

Virvi Fraga, responsable de una de las promotoras de esta gran cita musical, señala que el dinero se está empezando a reintegrar al ritmo que marcan las aseguradoras, que según explican no cubren todas las pérdidas: «Tivemos moi, moi mala sorte»

21 ago 2025 . Actualizado a las 18:18 h.

La lluvia, esa que este verano apenas hizo acto de presencia en Galicia, paradójicamente, se cebó con las promotoras, SFX Events y Son do Mar Music, que organizaron el concierto de Juan Luis Guerra en Sanxenxo el día 19 de julio. El agua y el viento que cayó esa noche, la última que llovió con ansia en las Rías Baixas en este estío, fue suficiente para que el cantante dijese adiós poco más de media hora después de haber empezado a tocar. Se paró el concierto, primero de forma momentánea y luego definitiva. Y, aunque al rey de la bachata no le dio tiempo a cantar su famosa Bilirrubina, lo cierto es que desde el minuto cero empezó a subir entre muchos de los asistentes una fiebre que, como dice la canción, «no lo quita la aspirina, ni un suero con penicilina» por la frustración de haber pagado entradas a precios considerables (por encima de 70 euros) y solo poder disfrutar de un trozo de recital. Así que las promotoras, antes de que la cosa fuese a peor, decidieron cortar por lo sano. Aplacaron los ánimos al anunciar que se iba a devolver el importe íntegro de los tiques a todos los asistentes (salvo los gastos de gestión). Indicaron que el trámite tardaría entre 20 y 30 días hábiles. Eso lo anunciaron el día 23 de julio, así que hasta el día 5 de septiembre estarían dentro de ese plazo que los propios organizadores se marcaron. 

¿Cómo están las cosas ahora? Virvi Fraga, responsable de Son do Mar Music, señala que la devolución está en marcha. Pero lanza un mensaje de tranquilidad: «Que teñan paciencia, que todo o mundo cobrará, pero irase pouco a pouco, ao ritmo que van marcando as aseguradoras», indica. Aunque por prudencia no concreta cifras, las cuentas no son difíciles de hacer. Se vendieron unas 16.000 entradas a un precio medio de noventa euros, así que toda devolver más de un millón de euros. ¿Lo cubren todo las aseguradoras? Fraga indica que no, y que tanto su promotora como la asociada tuvieron pérdidas cuantiosas, pero «xa está todo asumido, toca seguir adiante e loitar moito». Defiende que la ley estaba de su parte para no tener que reintegrar el importe de las entradas porque el concierto, realmente, tuvo lugar, aunque su final fuese abrupto por la lluvia, pero que decidieron hacerlo «por unha cuestión de responsabilidade e de sentido común». También, señala, porque se niega «a que as empresas queden con esa mancha, que sería a primeira en moitos anos organizando espectáculos».

A Virvi aún le duele volver a la noche del concierto. Solo 48 horas antes de la gran cita con Juan Luis Guerra, él era un hombre feliz, pletórico. Señalaba que estaba todo vendido,que la organización iba sobre ruedas y que si tuviesen el doble de papel, lo despacharían sin problema. ¿No temían a la lluvia? «Estabamos en contacto diario con Meteogalicia e a previsión non era a choiva que finalmente veu, non contamos con iso», dice. Explica también que cuando los nubarrones empezaron a acechar, ya cerca de la hora del concierto, las promotoras tenían las manos atadas: «Se estiveran caendo chuzos de punta antes do concerto poderiamos suspender, pero non era así. Non chovía e había que empezalo, porque senón as aseguradoras non cubrirían nada porque non estaba xustificado. Non tiñamos unha previsión que nos permitise non empezalo». 

Juan Luis Guerra salió a la palestra. Miles de personas empezaron a menear el cuerpo, el reloj avanzaba sin que la lluvia apareciese y Virvi Fraga, desde la propia plaza del Mar de Sanxenxo, rodeado de algunos conselleiros de la Xunta (no deja de agradecer el apoyo de todas las instituciones, desde el Concello a las demás), jugadores del Celta o grandes empresarios, creyó que la cita estaba salvada. «Cando pasada a primeira media hora empezou a chover foi terrible. Non me deu tempo a nada, non lembro nin o que pensei. Corrín cara o escenario para axudar a tapar os equipos. No escenario chovía como fóra, porque tivemos moi, moi mala sorte. O vento veu xusto ao contrario que se necesitaba», cuenta. Señala que, con el viento y la lluvia encima, era inviable continuar: «Nin por técnica nin por seguridade se podía continuar. Arriscamos a facer o concerto nun sitio que é espectacular, porque se pode meter a moita xente e porque está en pleno centro de Sanxenxo e a carón do mar e con vistas de impresión. Non hai outro lugar así. Pero tivemos toda la mala sorte do mundo...», insiste una y otra vez.

Con el concierto parado y miles de personas volviendo hacia sus casas, las redes sociales pronto actuaron como catalizador del cabreo y la frustración colectiva. Había quien decía que se dejó tocar al artista media hora para justificar el concierto y no devolver las entradas. A Virvi le da muchísima rabia escuchar semejante cosa: «Que deixen de dicir parvadas e vaian á lei. Non necesitabamos deixar tocar ao artista nin media hora nin corenta minutos... non foi así. Suspendemos cando a choiva impediu continuar e punto. E podiamos agarrarnos á lei e non devolver os cartos, pero non quixemos facelo así». Indica también que la devolución se hará a todas las personas que compraron las entradas el la billetera digital oficial (lo aclaran porque hubo también mucha reventa oficiosa) y que no hace falta que los asistentes envíen ninguna petición de reintegro, que les irá llegando su dinero de forma automática. Eso sí, piden paciencia e indican que el trámite de la devolución lo procesa la misma firma a la que le encargaron la venta de entradas.