Enzo Fernández, el jugón que llenó a Messi de motivos para ganar el Mundial

Iván Díaz Rolle
IVÁN ROLLE REDACCIÓN / LA VOZ

QATAR 2022

CARL RECINE | REUTERS

Con 15 años suplicó al 10 que no dejase la Albiceleste y en Catar irrumpió como mejor sub-21 y tocó el balón más que nadie en la final

19 dic 2022 . Actualizado a las 09:06 h.

Salta a la vista que Leo Messi y Enzo Jeremías Fernández (San Martín, 2001) hablan el mismo idioma futbolístico, aunque cuando el siete veces Balón de Oro afrontó su primer asalto al Mundial el centrocampista del Benfica solo tenía cinco años. Por eso el 10 fue ídolo antes que camarada de un niño que en el 2016 le escribió un sentido post en su Facebook para suplicarle que siguiese en la selección tras su enésima decepción.

«Haz lo que quieras, pero por favor piensa en quedarte. Pero quedarte para divertirte, que es lo que la gente te ha quitado. En un mundo de presiones ridículas logran quitarle lo más noble que tiene un juego: la diversión», redactaba un chaval crítico con el trato que el crac del PSG recibía en su país. Juntos han cambiado la historia y Lionel Messi por fin conquistó la soñada Copa del Mundo en su última oportunidad.

Enzo Fernández debutó en la Albiceleste el pasado mes de septiembre y llegó a Catar casi como figurante, pero convenció a Lionel Scaloni para convertirse en el jefe de la medular. El exdeportivista le dio media hora en el duelo contra México y firmó un golazo en un golpeo a la escuadra tras un pase de Messi. Desde entonces, ha liderado el juego argentino sin volver al banquillo.

En la final contra Francia ofreció un recital. Fue el futbolista que más y mejor tocó la pelota, con 118 intervenciones, casi una por minuto, y un 85 % de acierto en los 91 pases que intentó, y realizó diez entradas exitosas, más que nadie. 

Pasó hambre en su niñez y era suplente en las categorías inferiores de River Plate

Hijo de una familia humilde, Fernández confesó en una entrevista que durante su niñez en San Martín supo lo que era pasar hambre. Su don y esfuerzo con el balón le permitió encontrar una vida mejor cuando en infantiles ingresó en River Plate, el club de sus sueños —se llama Enzo en honor a Francescoli—. Con todo, le costó encontrar minutos en los equipos filiales y en el 2020 se marchó cedido a Defensa y Justicia. Aprovechó esa oportunidad para revalorizarse y, tras un curso brillante en El Monumental lo fichó el Benfica.

El mejor sub-21 del Mundial de Catar también es ahora capitán general en Portugal.