La abuela lleva meses sin hablar con nadie. Mira hacia el vacío y se queda así durante horas. Los nietos andan alrededor, pero ella hace caso omiso. En algún momento parece tener lucidez, pero es puntual y jamás dice nada. El otro día, Lara, la nieta mayor, felicitó a la abuela por su 101 cumpleaños. La abuela abrió la boca y dijo: «De eso nada». Lara le insistió que sí que cumplía 101 y además le preguntó que entonces cuántos años tenía. La abuela volvió a responder: «¿Y a ti qué te importa?».
Fueron sus últimas palabras hasta ahora y ya tiene 104 años. Su mente parece divagar perdida dentro de su cabeza. La tratamos como a una muñeca y ella no sale de su silla de ruedas más que cuando la metemos en la cama. La abuela siempre fue mucha abuela.
Óscar Soneira Reboredo. 59 anos. A Coruña