Un verano mágico

Irene Rioseco

RELATOS DE VERÁN

10 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Qué tal vuestras vacaciones de verano? Bueno, las mías no empezaron muy bien. Estaba sola todo el día porque mis padres trabajaban, mi hermano pequeño estaba en campamentos de fútbol y mis amigos se pasaban todo el día o en el móvil, o en el ordenador o en la tableta.

Por lo tanto, desde el principio del verano, le dediqué mucho tiempo a mi colección de cromos de Chuchelandia, mi libro favorito. Trata sobre un mundo de chuches que hablan y se escapan de los niños para que no les salgan caries. Os lo recomiendo.

Un día, el cromo de mi personaje preferido de Chuchelandia se salió del cromo y se puso a andar por mi cuarto.

—¿Eres Bastoncillo, el personaje de Chuchelandia?— le pregunté.

—Exactamente, vengo a hacerte compañía estos días de verano— dijo Bastoncillo—. Desde el cromo te veía triste por algún motivo. ¿Cuál es?

—Es porque mis amigos se pasan todo el día en el móvil o jugando a videojuegos. Yo, como no lo hago, estoy sola todo el día.

Nos pasamos el verano jugando. Ya solo quedaba un mes de vacaciones cuando Bastoncillo me invitó a ir a Chuchelandia. Yo acepté sin pensármelo dos veces. Cuando entramos vi que se estaba deshaciendo; todas las casas y chuches estaban incompletas.

—¿Qué pasa? ¿Por qué se está derritiendo?— pregunté.

—Es porque los niños ya no leen. Solo están delante de pantallas. No solo pasa con Chuchelandia, sino, con casi todos los libros para tus edades, porque los niños ya no juegan.

Esa noche me quedé pensando en Bastoncillo. Me daba pena, así que se me ocurrió una idea. Le escribí al ayuntamiento proponiendo una solución. Podrían hacer una hora sin conexión a internet al día y así los niños recordarían que hay más cosas que hacer aparte de estar todo el día en el móvil. La idea fue un éxito y Chuchelandia y otros libros infantiles se reconstruyeron.

Ese verano fue el más divertido que recuerdo. Quedaba con amigos e intercambiaba cromos. El único cromo que nunca intercambié fue el de Bastoncillo; gracias a él, disfruto el verano.