Teresa Nieto estrena su Premio Nacional de Danza en Santiago

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La bailarina se presenta en la Nasa con el espectáculo «Mapamundi» Compartirá escena con los coreógrafos Gabriela Solini, Nicolás Rambaud y Guillermo Weickert

30 nov 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

?on voz griposa por el «subidón» del premio que acaba de recibir, la bailarina todavía muestra síntomas de haber vivido unos días de fuerte emoción por lo que ella considera «un reconocimiento al trabajo duro, por haber estado al pie del cañón y no haber arrojado la toalla». En este estado de satisfacción llega a Compostela mañana esta figura de la danza contemporánea española para presentarse en el Teatro Galán en el marco del espectáculo Mapamundi , una producción de Teatro Padrillo y La Tartana que supone un recorrido por el paisaje interior de cuatro coreógrafos y bailarines. Teresa compartirá escenario con Gabriela Solini, Nicolás Rambaud y Guillermo Weickert, arropados todos por una videocreación de Octavio Iturbe. Lauri Kumin reunió a estos cuatro bailarines y bailarinas para encargarles un autorretrato, trabajando cada coreógrado por separado y grabando el videoartista una serie de imágenes entre pieza y pieza. Toda una «muy bonita» experiencia la compartida en el pasado mes de julio por Teresa, que estaba ayer deseando «montarme en el autobús para Santiago y darnos un abrazo». Solipandi , el autorretrato de la coreógrafa madrileña, nació el año pasado al cumplir la artista 50 años. Temía esa fecha, pero cuando realmente llegó no lo escondió sino que decidió hacer una fiesta con todos sus amigos y una foto a cada uno de los invitados que asistió a la celebración. Fue así cómo se planteó que de todos esos retratos tenía que hacer uno solo «para dar las gracias y decir estoy aquí». Aunque no todo el mundo sea Alicia Alonso, ¿por qué no va una a bailar a los 50 y más? «Lo bueno que me dieron los 50 años es mucha libertad en todos los sentidos», confiesa la coreógrafa, que define Solipandi como un autorretrato «básicamente optimista, intimista, pero no tortuoso ni oscuro, agridulce y con mucho colorido». Dignificar la profesión Un autorretrato que puede ilustrar muy bien su actual situación profesional, más dulce que otra cosa, con este Premio Nacional de Danza, en el apartado coreográfico, galardón que le fue concedido el jueves de la semana pasada. Unos días antes había estado hablando con varios colegas, entre los que se encontraba la bailaina Sara Baras, sobre el premio y los posibles candidatos a ganarlo. Precisamente la primera persona que la llamó para felicitarle fue Sara, que formaba parte del jurado y la había propuesto para recibir el galardón. Cuando unos días antes habían hablado ya sabía que se lo iban a dar a Teresa, pero no le podía decir nada hasta que se hiciese público. A pesar de este reconocimiento que le ha llenado de satisfacción, la coreógrafa se siente, como gran parte de sus colegas, un poco «superviviente», y considera que «lo más importante es la dignificación de la danza», lamentando que mucha gente se haya ya «bajado del carro o marchado fuera». «Tengo la impresión -confiesa- de que la cosa está un poco parada porque hay teatros que programan danza ocasionalmente en Madrid, pero no hay un teatro de la danza».