ENTRE LÍNEAS
13 oct 2005 . Actualizado a las 07:00 h.PUEDE QUE decir esto sea pecar de iluso, pero, como conductor, uno siempre tiene la esperanza de que cada obra nueva que se hace sirva para mejorar el tráfico en la ciudad. Ojalá que esto se cumpla con el túnel de Mestre Mateo y por fin atravesar Romero Donallo deje de ser una invitación a imitar a Michael Douglas en Un día de furia , esa película en la que un automovilista desquiciado por los atascos acaba liándose a tiros. Desde luego, quienes residan en Bertamiráns agradecerán la apertura del paso subterráneo, y seguramente los usuarios del Clínico también. Los demás me temo que tendrán que aguantarse hasta que algún valiente se decida a acometer la reforma de la rotonda de Galuresa. Pero, por ahora, lo más inquietante es la seguridad en el interior del túnel, con una curva tan pronunciada que da miedo pensar lo que puede pasar. Sobre todo en los días de lluvia, que alguno hay en Santiago.