El especialista impartió ayer en el centro Espagat un taller sobre terapias alternativas y de relajación
30 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.En un pasado no muy lejano el desconocimiento popular tachaba estas prácticas de brujería o simple palabrería. Hoy en día las terapias alternativas van reclamando poco a poco el lugar que se merecen como complemento de la medicina tradicional, especialmente porque el ritmo de vida actual ha disparado los casos de insomnio, estrés o ansiedad, los llamados males del nuevo siglo.
-¿Cuáles son las técnicas que usa más frecuentemente?
-Trabajo mucho con acupuntura y auriculoterapia, pero estoy especialmente orientado a la relajación con diversos métodos de digitopresión.
-¿Qué resultados obtienen sus pacientes?
-Se consigue que la persona mejore sus dolencias. Estamos viviendo de una manera muy acelerada, muy competitiva, y eso genera demasiada tensión, que origina enfermedades. Mediante las técnicas de relajación se potencia el sistema inmunitario y de alguna manera la persona se siente más feliz. El 90% de las personas que trato con estas técnicas se van sin dolor.
-¿Percibe una desconfianza popular hacia estas prácticas?
- La gente viene con miedo y cautela. Por eso los trato con respeto y cariño y nunca uso métodos agresivos, trabajo de forma progresiva.
-¿A qué cree que se debe tanto miedo?
- A un profundo desconocimiento. Además hay que tener en cuenta que hay mucho intrusismo en esta profesión. A nivel académico estas terapias aún no tienen una regulación oficial. Es complicado.
-¿Y por parte de la comunidad médica?
- En España estas técnicas en general están muy abandonadas. Algunos hospitales practican terapias alternativas, por ejemplo acupuntura para tratar el dolor, pero todo muy calladito, muy tapado.
-¿Qué tipo de dolencias trata?
-Migrañas, ansiedad, insomnio, depresión, tabaquismo, y también enfermedades crónicas o que revisten gravedad, como la diabetes. Eso sí, nunca como sustituto de la medicina tradicional, sino como un complemento.
-¿Ha aumentado el número de pacientes de técnicas alternativas?
-Trabajo en esta profesión desde hace seis años y puedo asegurar que el interés de la sociedad por este tipo de terapias aumenta, sobre todo porque la medicina tradicional trata las enfermedades con medicamentos, con química, que tiene multitud de efectos secundarios.
-¿Pueden los niños recibir estas terapias?
-Por supuesto, además reaccionan con rapidez y muy bien. El problema es que es difícil que permanezcan quietos, así que suelo tratarlos con una técnica que consiste en fijar unas semillas chinas llamadas sheng a diversas partes del cuerpo. Es muy sencillo y efectivo.