El Obradoiro y el Murcia abrieron el curso en el cupo de los aspirantes a luchar por la permanencia. Sobre todo en el caso de los santiagueses, con menos presupuesto y menos nombres en su plantilla. Después de siete jornadas, son los granas del santiagués Moncho Fernández quienes más notan las urgencias.
-Para ustedes, el de hoy, no se presenta como un partido más.
-Desde el punto de vista de que lo afrontamos después de dos debacles consecutivas, no.
-¿Qué ha pasado? Porque arrancaron con buena pinta.
-Ahora mismos somos una sombra de lo que éramos hace tres semanas. Empezamos bien y veníamos de una gran pretemporada. Pero perdimos contra el Lagun Aro y parece como si perdiéramos la confianza. Estamos en la fase de diagnosis, de saber por qué el equipo rindió a un gran nivel y ahora no.
-¿Qué me cuenta del Obradoiro Xacobeo Blusens?
-Es para quitarse el sombrero. Tiene un mérito enorme, y más teniendo en cuenta a la velocidad que tuvieron que configurar la plantilla. La simbiosis con la ciudad y con el pabellón de Sar es envidiable, la demostración de que el todo es mucho más que la suma de las partes.
-¿Y en un plano menos emotivo?
-Se nota el gran trabajo que están realizando Curro y el cuadro técnico. Sabe sacar lo mejor de cada jugador. Y se nota, sobre todo, en el apartado defensivo. El equipo está a un nivel altísimo.
-¿Le sorprende algún jugador?
-Sí, Higgins. Sí y no. Había oído hablar maravillas de él. Todos lo conocemos en el baloncesto y cuando nadie, y digo nadie, habla mal de él, es por algo. Pero hay que estar ahí y amar el baloncesto como lo hace este tío. Es de leyenda. Con 42 años tener esa ilusión es algo increíble, alucinante, flipante.
-Habla del Obradoiro atrás. ¿Y a la hora de atacar?
-Me encanta el movimiento de balón. Todos se lo pasan. Jackson es uno de los mejores pasadores. Regala muchas canastas. Terry tiene una gran calidad. Todos los jugadores han sabido encontrar su rol. Defienden y no son egoístas. Celebran cada asistencia, cada rebote... Y si se falla un ataque, no pasa nada y todos se ponen otra vez a defender.
-La pregunta es inevitable. ¿Siente que su puesto depende de lo que pase en el partido contra el Obradoiro Xacobeo?
-Me siento muy arropado por la gente que manda. Pero también soy consciente de que una derrota puede tener consecuencias. Todo el mundo sabe que los resultados mandan. Pero es algo que uno asume cuando decide hacerse entrenador profesional. Si tuviera miedo a la destitución o perdiese las energías pensando en eso... Estoy convencido de que vamos a ganar.