Middleton y Hopkins son dos veteranos que siguen dando guerra en la LEB y que hoy se ver´´an las caras en el Multiusos
09 ene 2011 . Actualizado a las 02:00 h.Darryl Middleton es, de largo, el abuelo de la categoría, a sus 44 años. De hecho, le saca un par de cabezas en esa estadística a Bernard Hopkins que, a su lado, con 37, parece un juvenil. Ambos desarrollaron tres cuartas partes de su carrera profesional en la ACB y se mantienen en primera línea de batalla, disfrutando del baloncesto. Y no son comparsas, ni mucho menos. Así lo dicen sus promedios, con más de veinte minutos por partido y en torno a diez puntos.
Feliú compartió vestuario con Middleton el pasado curso y ahora con Hopkins. A él no le sorpenden ni la longevidad ni el rendimiento de uno y otro: «Adoran el baloncesto. Para ellos, es su vida. Además, son muy competitivos y siempre quieren ganar, a todo. Son muy profesionales, se cuidan al máximo y por eso están ahí. Darryl me comentaba que solo para una semana en verano, como mucho dos, porque si se deja ira cree que después ya no podría arrancar. Hop también es de la misma línea. Mientras estuvo lesionado trabajaba más que nadie para no perder la forma».
Disfrutan de los partidos y disfrutan de los entrenamientos. Por ganas, entrega y horas más parecen juveniles que jugadores que se acercan a la línea de meta en sus carreras profesionales, aunque nadie se atreve a ponerles fecha de caducidad. Ni ellos mismos, porque mientras se vean capaces de seguir paladeando canastas no van a poner pie a tierra.
Middleton se estrenó en la ACB precisamente en Girona, a principios de los noventa. Desde entonces pasó por el Caja San Fernando, Barcelona, Joventut, Panathinaikos (con el que ganó incluso la Euroliga) y Dynamo de San Peterspurgo antes de regresar a Girona y a la ACB. Está casado con una catalana y se confiesa encantado en Girona.
Hopkinsdebutó en la ACB con el Gran Canaria en el 97.. Después estuvo cinco campañas en el Valencia, tres en Tenerife y dos en Valladolid. Firmó por el Guipuzkoa en le LEB, ascendió al primer intento y sumó otros dos cursos en la ACB antes de recalar en el Obra.
Tanto Hopkins como Middleton han desarrollado casi toda su carrera pforesional a este lado del Atlántico y, contrariamente a lo que sucede con muchos de sus compatriotas, se han adaptado hasta tal punto que casi tienen más de españoles, salvo en el acento.