Las cenas de empresa se extinguen y los trabajadores pagan sus fiestas

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

El número de comensales es menor y la mayoría de las citas coinciden el próximo viernes

11 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La crisis económica ha introducido cambios en la forma de despedir el año por parte de las empresas y trabajadores de la ciudad. De un tiempo a esta parte, los hosteleros vienen percibiendo que cada vez más son los trabajadores los que se reúnen, al margen de sus jefes, para cumplir con el ritual de festejar las Navidades con quienes pasan muchas horas a lo largo del día. Cuando la organización y el pago recae en la propia empresa, los hosteleros consultados comentaron que «no suele faltar nadie» y los grupos son muy numerosos. En cambio, si la fiesta se paga a escote entre los trabajadores, la situación cambia y tanto el coste como el número comensales es menor. En estos casos, los trabajadores se reúnen por departamentos o secciones y se celebran unas comidas o cenas «más familiares», apuntó Luis Sevilla, encargado del restaurante Los Robles.

Aunque algunas de las empresa con mayor número de trabajadores declinaron confirmar si celebrarían o no fiestas de Navidad, lo cierto es que los restaurantes consultados esperan a grupos de compañeros de trabajo de conocidas firmas del sector maderero, del metal, de la alimentación, de la comunicación, de la función pública y del automóvil, ya sea en fiestas organizadas por las propias empresas o por sus trabajadores.

La inmensa mayoría de los grupos coincidirán en el día, concretamente, el viernes 16. Para esa jornada, por ejemplo, URO y Televés son dos ejemplos de las formas de financiar las fiestas. Mientras la empresa URO asumirá la fiesta como un incentivo a sus trabajadores, la de Televés anunciaba la suspensión de su tradicional comida, por lo que el comité cogió el testigo, según confirmó el presidente del comité de empresa, Javier Pazos. «Con un menú similar y en el Monte da Condesa. Habrá sorteo de cestas, más modestas, pero se mantendrá», apunta Pazos, que recordó que «la única vez que no se celebró fue el año del Prestige, cuando la empresa donó el coste de la comida a una organización ecologista». Otras empresas como Castrosúa, Espina, Blusens o Donuts y numerosos grupos de otras firmas celebrarán sus fiestas ya sea como incentivo o a pagar por los empleados.