![Casares cree que pocas de las modificaciones aportaban realmente algo a los estatutos.](https://img.lavdg.com/sc/FO-jXGrxluhPxJ6_kXEM1vajFkQ=/480x/2013/10/23/0012_201310S23C1F1jpg/Foto/S23C1F1.jpg)
El Claustro hizo constar su desacuerdo con las injerencias de la Xunta
23 oct 2013 . Actualizado a las 11:40 h.Ni una, ni dos, ni tres. Han tenido que ser cuatro las ocasiones en las que el Claustro ha lidiado con la reforma de los estatutos de la Universidade, la norma básica por la que se rige la institución y que ha traído más de un quebradero de cabeza a los miembros de dos equipos rectorales diferentes. Ayer, por 155 votos a favor, 17 en contra y 10 en blanco, quedaron por fin aprobados. Habían salvado el último escollo: los reparos de la Xunta por su adaptación a la legalidad. Las tribulaciones comenzaron hace seis años, al iniciarse el proceso de ajuste de los estatutos a la Ley Orgánica de Universidades.
Hace justo un año, el Claustro de la USC se dotaba de la «expresión da autonomía universitaria», como definió ayer Míguez Macho la normativa. El texto fue enviado a la Xunta y esta les remitió sus reparos, que fueron ayer tachados de «regulamentistas» tanto por el presidente de la comisión de desarrollo estatutario, Juan Manuel Monterroso, como por el secretario de la comisión, el propio Míguez Macho, así como por todos los miembros del Claustro que pidieron la palabra. Este último aclaró que desde el 2007 la USC funcionaba con unos estatutos desfasados y que, de no ser capaces de dotarse de la norma, el proceso «prolongaríase de forma totalmente indefinida».
Se abría en enero un largo y tortuoso período de negociaciones en el que la Universidade intentó que la injerencia en el contenido por parte de la Administración autonómica quedase reducido a la mínima expresión y se llegó a un acuerdo de mínimos que la comisión aprobó por unanimidad. Ayer, las críticas a los ataques a la autonomía universitaria y el férreo control de la Xunta volvieron a hacerse oír en el Claustro, tanto por parte de los miembros de la comisión encargados de explicar las modificaciones como los claustrales que tomaron la palabra. En este sentido, Francisco Castro, miembro de A Trabe, tildó la actuación de la Xunta de «intervencionismo excesivo e intolerable» que se «excedía do control puro da legalidade».
También el portavoz de la plataforma +Ideas, Enrique Macías, habló de un texto «excesivamente regulamentista» aunque pidió el voto a favor de los nuevos estatutos, al igual que A Trabe. Los disidentes fueron, en este caso, los estudiantes. Alexandre Román, de la Liga Estudantil Galega, recordó que en el último Claustro habían pedido el voto en contra y que en esta ocasión no iban a pedirlo a favor porque el resultado «non é autonomía universitaria».
«A maneira en que a Xunta exerceu a súa postestade foi moi excesiva e moi intervencionista»
Luis Míguez Macho