La soledad de José Antonio Carril

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Álvaro Ballesteros

El exsubjefe del cuerpo estuvo solo en los juzgados, ni sus excompañeros ni ningún otro testigo le dirigió la palabra

30 mar 2016 . Actualizado a las 10:46 h.

Alguien que desconociese por completo la historia reciente de Santiago y quiénes son José Antonio Carril y Albino Vázquez Aldrey y que hubiese detenido ayer sus pasos en la primera planta de los juzgados de la ciudad habría pensado que el que fue subjefe de la Policía Local era el acusado y que el exconcejal de Seguridad Ciudadana en los mandatos de Gerardo Conde Roa y Ángel Currás era el denunciante. Pero es justamente al revés.

Ante la puerta del juzgado de lo Penal número 2 se agolpaban unos y otros. A Vázquez Aldrey la Fiscalía le pide nueve años de inhabilitación para cargo público y 6.000 euros de indemnización por haber presuntamente relegado del cargo de subjefe de la Policía Local a José Antonio Carril en agosto del 2012. Las acusaciones aseguran que firmó el decreto nombrando a otro agente para el puesto a sabiendas de que no podía tomar esa decisión y que lo hizo porque había una trama política para perjudicarle.

Aldrey estaba allí acusado, pero a su alrededor todos los testigos del caso le acompañaban, apoyándole aunque fuese solo con el mero gesto, con la conversación distendida o con el firme y explícito deseo de que el exedil sea absuelto. Allí estaban Mar Hinojosa, que fue jefa del área de Seguridad con Conde Roa y que aunque estuvo imputada en el caso ahora es solo testigo. También Ángel Espadas, que fue jefe de gabinete de la alcaldía compostelana, y Miguel Ángel Seoane, que dirigió Protección Civil. Ninguno cruzó palabra con el exmando policial, ahora ya jubilado. Pero más significativa fue que idéntica actitud adoptasen los que fueron sus compañeros en el cuerpo, Norberto Villaverde, jefe durante veinte años, y José Manuel Traba, actual máximo responsable de la institución. Ellos tampoco le dirigieron la palabra.

La soledad de José Antonio Carril llamaba la atención. Pocos denunciantes, pocas supuestas víctimas están tan aisladas antes de entrar a un juicio. Solo su abogado, por obligación, y su hija, por devoción, le acompañaban.

Vista aplazada

Finalmente, la jueza anunció que la vista no se iba a poder celebrar porque faltaban los altavoces con los que poder reproducir las grabaciones de las conversaciones telefónicas entre Mar Hinojosa y Ángel Espadas con Albino Vázquez. Así de bien dotados están nuestros juzgados. La noticia sentó como un jarro de agua fría a todos los testigos. No ya porque tendrán que regresar, unos el 8 de abril y otros el 22 de ese mismo mes, sino porque todos querían y deseaban que el exconcejal viese finalizada una causa en la que, más allá de lo que diga la Justicia, todos le creen inocente. Como mínimo, moralmente inocente.

Lo cierto es que el asunto ya poco importa. Nadie ocupa ya el cargo que ocupaba cuando en enero del 2013 se presentó la denuncia. Carril se jubiló y Vázquez Aldrey ni tiene ni tendrá un cargo público. El caso ha perdido interés, pero en su día puso contra las cuerdas al alcalde Currás.

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