Infraestruturas acepta los accesos que quiere Raxoi, que también pide más dársenas
08 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El acuerdo necesario para desatascar el proyecto de la nueva estación de autobuses y avanzar en la licitación de las obras sigue quedando lejos. El cierre de un frente en el embarullado diálogo que mantienen la Xunta y el Concello da paso de inmediato a la apertura de otro escollo nuevo. Es lo que sucedió ayer en la reunión que mantuvieron en San Caetano las dos administraciones, una cita de carácter puramente técnico y huérfana de primeros espadas políticos.
La Consellería de Infraestruturas cumplió lo anunciado y deja manos libres al gobierno local en la parte que es de competencia municipal, la relativa a los accesos a la terminal por Clara Campoamor. Pero, superado el debate que generó más ruido en los últimos meses, el Ayuntamiento pone ahora en primer plano un aspecto que había permanecido solapado, y reclama más dársenas para los autobuses. La disputa bascula así de los accesos a la capacidad de la propia estación.
A diferencia del anterior, este nuevo frente afecta a la parte del proyecto que compete a la Xunta. Y la Consellería de Infraestruturas no está dispuesta a hacer concesiones ante una demanda que, además, considera que carece de fundamento. Los técnicos del departamento autonómico esgrimieron ayer ante los del Concello que, con una «xestión óptima», la futura terminal permitirá atender una demanda que supere en un 82 % la actual. Aseguraron que la nueva estación, que se ubicará en el entorno de la parcela que ocupaba la antigua nave de Koipe, «responderá ás necesidades de mobilidade dos cidadáns», que para la Xunta es lo prioritario. Y si las empresas privadas quieren más dársenas para aparcar autobuses, agregan en Infraestruturas, dispondrán de un espacio previsto para ello en una parcela anexa.
En cuanto a los accesos, el Concello llevará adelante su plan de convertir el vial de Clara Campoamor en un bulevar con amplias aceras y un carril de circulación en cada sentido, con un tercero flexible, de forma que se priorizará el tránsito de peatones y buses, y se restringirá el de turismos, que se verán abocados a pasar por el embudo de la rotonda de Galuresa. La Xunta, eso sí, pide garantías al gobierno local de que los usuarios de la estación no padecerán atascos de tráfico.