Es de Míchigan, Estados Unidos. Estudiante de Química, de 22 años, jovial y dueño de un español más correcto que el inglés de garrafa que la mayoría consumimos por aquí. Desde luego, demostró que los meses que pasó en Burgos para aprender el idioma le fueron provechosos. Este es, a grandes rasgos, el perfil de Andrew Patrick Larkin, que el miércoles fue agasajado en el centro de acogida de peregrinos como el número 300.000 de los que han recibido la compostela este año. La recepción en las dependencias de Carretas, abarrotadas de cámaras y de focos para la ocasión, puso fin a la agitación que desde principios de semana palpitaba, dentro de un orden, en los medios locales por saber quién tendría el honor de recibir una credencial con tan redondo guarismo. Aquí no servía de nada ir a esperar a la meta volante del Monte do Gozo para ver quién encabeza el pelotón romero en la carrera hacia el récord. No hay contador ni nadie da la vez para semejante honor.
Lo cierto es que la celebración no pudo salir más redonda. Larkin se mostró tan asombrado por el recibimiento de las autoridades como desenvuelto al relatar su historia. La llamada para lanzarse al Camino Francés no le llegó a través de una iluminación, ni de la recomendación de un amigo. Nada de eso. Fueron las andanzas que el actor (de origen gallego) Martin Sheen protagonizó en la película The Way, dirigida por su hijo Emilio Estévez, las que empujaron al joven de Míchigan a calzarse las botas y emprender el recorrido jacobeo desde León.
Ahora solo cabe esperar que cunda su ejemplo y que lleguen muchos peregrinos más.