El edificio de Raxoi está, en relación a otros edificios similares, «aceptablemente conservado», apunta Belén Hernández. En la historia de esta infraestructura se han documentado numerosas reformas y usos a lo largo de sus casi 250 años de historia. Almacén y depósito de municiones, en sus patios llegó a habilitarse la cocina de las tropas. Prisión durante muchos años, en 1821 se autorizó la construcción de un retrete en la cárcel, y en 1869 intentó instalarse una oficina de correos. También se acomodó en el edificio la Audiencia provincial y la Capitanía General de Galicia (1846). Ya en el siglo XX llegaron a Raxoi el teléfono (1900) y los timbres eléctricos (1904), y en 1970 se redactó la escritura de compraventa del Seminario de Confesores a favor del Concello.
Unos fuegos poco cuidadosos
El tejado del pazo es otro elemento a reformar, porque los trabajos de los operarios para preparar los fuegos del Apóstol causan gran desperfecto a las tejas. Los altillos presentan dos problemas. El primero, la altura, totalmente insuficiente, hasta el punto de que en la entrada de los archivos se han instalado unos letreros luminosos para que la gente no se golpee la cabeza. El segundo es el peso que los archivos provocan en esta zona del edificio, lo que hace aconsejable trasladarlos a otro espacio y aprovechar esta zona, muy luminosa, para los trabajadores. Muchas tareas y un plan director que quiere devolver a Raxoi un esplendor que nunca perdió del todo.