Miles de gallegos guardan en su memoria algunos de los macroconciertos del Monte do Gozo que esporádicamente, coincidentes con eventos señalados como los años santos o la capitalidad europea de la cultura, nos han permitido disfrutar en nuestra propia casa de figuras de máximo nivel mundial. El desfile lo iniciaron hace ahora justamente 25 años Springsteen, Prince, Jean Michel Jarre o BB King, entre otros, y a saltos en el calendario desde entonces, muchos más: los Rolling, Dylan, The Cure, Red Hot, Iggy Pop, Lou Reed, Chemical Brothers, Massive Attack, Arcade Fire, The Corrs... Ha faltado U2 y pocos más entre los grandísimos de la historia del rock. Ahora, esta semana, de jueves a sábado, revive el auditorio del Monte do Gozo para recibir a unas 25.000 personas cada día, con The Killers, Jamiroquai o Lenny Kravitz como cabezas de cartel. O Son do Camiño será otro arreón más en este historial intermitente, y ahora con continuidad anual hasta el Xacobeo del 2021, aparte de otras citas que vayan surgiendo, como el concierto del próximo 18 de agosto con Ricky Martin. Será, seguro, otro hito, pero el verdadero éxito está por llegar: zanjar la cuenta pendiente del aprovechamiento del Monte do Gozo, de todos sus equipamientos que, es verdad, están sobredimensionados para sacarles rentabilidad fuera de años santos o citas señaladas como O Son do Camiño. De momento es un saco sin fondo para la Xunta. Las piscinas y otras nuevas instalaciones de ocio son un gran avance, pero falta la puesta a punto del área de hospedaje, la gran patata caliente. Los macroconciertos pueden ayudar a que la iniciativa privada vea O Gozo como una oportunidad, pero no si son solo flor de un día.