Presentado en la ciudad el manifiesto de este modelo económico
07 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, apeló a utilizar los 800 millones que conforman el PERTE de economía social y de los cuidados para ir más allá de un modelo que se ha probado como eficaz pero que debe ser más ambicioso para lograr su transformación y avanzar en su crecimiento. Lo hizo en la presentación del Manifiesto de la Economía Social, en la Fundación Laboral de la Construcción de Santiago, ciudad nombrada este año capital de la economía social.
Díaz fue la encargada de cerrar un acto celebrado cuatro días después del lanzamiento del PERTE de economía social, en el que el ministerio rindió homenaje a José Montes y José Antonio Vázquez Freire, fundadores de Feiraco y Cegasal, respectivamente. Acompañada por la conselleira de Emprego e Igualdade, María Jesús Lorenzana, y el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, la vicepresidenta ensalzó el papel que juega en la economía y la sociedad española la economía social, que engloba a 43.000 empresas que suman 2,2 millones de empleo y representan el 10 % del PIB estatal. Díaz incidió en que el peso de la economía social en España es equiparable al de un sector tan importante como el turismo, que genera el 12 % de la riqueza del país.
Posteriormente, la ministra de Trabajo visitó la cooperativa láctea Clun, un ejemplo de esta economía social a la que animó a presentar proyectos para este PERTE, ya que reúne los requisitos que se precisan. En la visita conversó con un grupo de mujeres que dirigen explotaciones ganaderas, asegurando que esta empresa cooperativa es también la muestra de que se puede vivir en el rural y del rural.
La ministra de Trabajo acudió a las instalaciones acompañada por varios integrantes de la entidad, incluido su presidente, José Ángel Blanco Purriños, quien agradeció la visita y en su discurso ante los medios defendió la implantación en el 80 % por ciento del territorio gallego.
Por ello invitó a aunar esfuerzos para lograr un nuevo impulso para este modelo económico participativo, horizontal y democrático, capaz de dar respuestas a preguntas complejas relacionadas con retos de futuro como el trabajo digno, la emergencia medioambiental, los cuidados o la digitalización.