El Compos se «desguardioliza»

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

Fabiano ha cambiado la manera de jugar de un equipo que hacía de la posesión un dogma y ahora asume menos riesgos cuando no tiene el balón

10 ene 2023 . Actualizado a las 20:05 h.

Antes de despedir el 2022 y del desplazamiento a Laredo, Fabiano no dejó pasar la ocasión de agradecer a sus discípulos la predisposición mostrada para cambiar sustancialmente la forma de jugar del equipo respecto a campañas anteriores, un proceso que entraña su dificultad.

El Compos encadena una racha de nueve jornadas sin conocer la derrota, con un balance de siete victorias y dos empates. Pero antes de abocar esa secuencia el colectivo tuvo que hacer frente a un inicio de curso marcado por la multiplicación de lesiones y problemas físicos, sobre todo en el frente de ataque. Ello obligó al técnico a hacer de la necesidad virtud y a optar por un esquema netamente defensivo. En ese tramo un jugador comentaba: «Hemos pasado de ser un Compos como el de Guardiola a un Compos como el de Simeone».

Actualmente, ni uno ni otro. En cuanto ha podido disponer de todo el plantel, Fabiano ha optado por un modelo intermedio, empezando por un punto de partida muy claro. Durante semanas no se cansó de repetir que el equipo tenía que ser más sólido y solidario sin balón. Y lo está consiguiendo.

Hace años, este periodista, en una entrevista a Betão, uno de los mejores pívots del mundo en el fútbol sala, le preguntaba qué era lo primero que había aprendido a las órdenes de Venancio López. Su respuesta no ofrecía dudas: «Non defendes, non xogas».

Por ahí ha edificado su reacción el Compostela, empezando por una ostensible mejoría en la contención.

El equipo que fue construyendo Yago Iglesias a lo largo de cinco años siempre intentaba dominar los partidos a través del balón. El del pasado curso, con Rodri Veiga, ya era un colectivo más vertical.

Un equipo más dúctil

El de Fabiano es un plantel más dúctil, en el sentido de que puede cambiar de forma sin romperse. Sabe vivir sin la pelota y sabe combinar. Y, si le resulta posible, no se entretiene por el camino.

Alberto Mariano Estévez, entrenador del Arzúa y que también lo fue en su día del Compostela, explica con precisión las diferencias entre un Compos y otro: «Este es un equipo más reactivo en defensa, espera un poquito más al rival. Con Yago y Rodi iban más a forzar el error, no tanto a esperarlo. Con balón, con Yago y Rodri había apoyos más cercanos, más combinación, más presencia en campo rival. El de Fabiano es de otra manera, desde plegado o replegado busca un fútbol más directo, con menos pases para llegar al área. Este equipo concede menos. Es menos alegre ofensivamente, pero se desprotege menos».

Alberto Mariano Estévez apunta que, para los futbolistas, no es fácil el cambio de un modelo a otro, especialmente en la manera de atacar: «Sí, es complicado, sobre todo en la fase ofensiva. En la defensiva, cuando más arropado y menos espacio haya, mejor lo acepta el futbolista. En la fase ofensiva es más difícil. Hay jugadores a los que les cuesta más si el balón no pasa por ellos, porque se desconectan o se precipitan. A los de buen pie no les gusta que la pelota vaya por otras zonas, y no es lo mismo que vaya por arriba o por abajo».

Subraya que en el fútbol todos los modelos pueden ser válidos: «Hay diferentes formas para tratar de ganar y nadie tiene la verdad absoluta. Estamos obligados a dar espectáculo, pero cuando la gente de verdad se divierte es cuando gana».

Álvaro Casas: «Conectar todo es complicado»

El capitán del Compos, Álvaro Casas, es una de las voces que puede hablar con más conocimiento de causa sobre el cambio que ha operado el equipo.

En su opinión, la gran dificultad estriba en lo que en fórmula 1 serían los reglajes: «Cuando estás acostumbrado a un modelo, a colocarte de una forma, a unas movilidades... Si fuera un deporte individual, es más fácil. Aquí somos once jugadores. Eso cuesta. Conectar todo, ser un equipo como lo que quiere el míster, es complicado».

El gran cambio de este Compos remite a la fiabilidad defensiva. Ahora es un equipo más difícil de batir. Casas subraya que «todos los entrenadores inciden en el juego sin balón». Y Fabiano no es una excepción: «Fue muy claro desde el principio, en insistir en que compitiésemos también sin la posesión. Si no te meten gol, con uno que tú hagas ya ganas y con esa filosofía empezamos a trabajar. Ahora estamos en una buena racha, pero esto es muy largo y tenemos que seguir partido a partido».

 Perfiles y modelos

Como reflexión genérica, el capitán apunta que el perfil de cada jugador siempre puede encajar mejor o peor en un modelo o en otro: «Con Yago, por ejemplo, había futbolistas a los que les costaba y destacan más en otro fútbol que no exija tanto combinar y ofrecerse. Y al revés». La clave está en encontrar el equilibrio con los once que se encuentran sobre el césped.

Poniendo ya la vista en el partido del domingo, en Luanco, Álvaro Casas espera un partido áspero: «Es un campo que se suele embarrar, ellos lo tienen bastante controlado. Juegan directo, pero también son capaces de asociarse, con futbolistas con calidad, como Lora».

Prevé que el estado del terreno de juego condicionará la contienda: «A ver el campo. Si está embarrado, serán muy importantes las acciones a balón parado y estrategias. Si aguanta bien, habrá más ritmo. Será un partido para estar muy concentrados».

El de Miramar, el domingo, será el último choque de una primera vuelta en la que el Compos sufrió hasta la jornada séptima. Entonces el balance era de dos victorias, dos empates y tres derrotas. Había encajado siete goles. Desde entonces encadena nueve partidos sin perder, lo siete últimos manteniendo su portería imbatida.