La huelga de autobuses colapsa Santiago y amarga el viernes a centenares de personas: «Isto é unha vergoña»

SANTIAGO

Xoán A. Soler

Peregrinos y estudiantes universitarios fueron los principales damnificados del parón del sector del transporte colectivo, mientras que unos 40 piquetes bloquearon el servicio metropolitano hasta las 11 de la mañana

01 abr 2023 . Actualizado a las 21:53 h.

Las caras en la estación de autobuses de Santiago de Compostela son un poema. «Non sabíamos nada», admite un pasajera, visiblemente cabreada y apresurada. «Non teño tempo, a ver si collo o próximo tren para chegar á casa», responde antes de marchar a toda velocidad. La huelga del sector del transporte colectivo ha colapsado las entradas y salidas de la capital gallega y, de paso, ha amargado a centenares de personas. «No, no, no hay autobús. No sé, no sé», replica un joven a través del teléfono móvil en la entrada del edificio.

Es el caso de Fran y Manuel, vecinos de Boiro. Llegaron ayer a la ciudad para disfrutar de una noche de fiesta universitaria. Ambos veinteañeros, admiten que tras cerrar el Avante fueron directos para la estación a coger el autobús de vuelta a Barbanza. Tendrían que haber salido a las seis de la madrugada. «Chegamos 15 minutos antes e nada. Veu un autobusero por alí despois de varias horas e díxonos que non había servizos mínimos. As cousas non se fan así! Isto é unha vergoña», destaca Fran, quien avisa ya desde Boiro que, después de cinco horas, han podido regresar a casa tras coger un tren de Santiago a Catoira: «Viñeron a buscarnos»

Jóvenes de Noia que se quedaron tiradas en la estación de Santiago
Jóvenes de Noia que se quedaron tiradas en la estación de Santiago Álvaro Sevilla

Laura, Claudia, Ainoa y Alba esperan en la dársena, pero el autobús a Noia no llegará. «Ayer escuchamos algo, pero bueno...», admite Ainoa. «Nos dijeron que podía venir un bus en todo el día, o sino mañana. Esto no es serio», replican las cuatro al unísono mientras cargan con sus maletas: «A ver si nos puede venir alguien a buscar para ir a casa». Peor lo tienen Mario y Alessandro, dos peregrinos italianos que tenían reservada una plaza en un autobús para comenzar el trayecto de vuelta a casa. Se acercan al mostrador de Tussa: «Me juras que hoy no hay autobús?». «No, no, había uno para las 11 y no va a salir», contesta uno de los trabajadores de la compañía. «Perdemos el dinero del hotel, ya lo teníamos reservado para hoy», replica el italiano, que solo se encuentra un gesto de hombros del operario que viene a decir: «¿Qué quiere que haga?».

Las historias de los boirenses, noiesas e italianos son las mismas que la de decenas de personas que hay por toda la estación. Algunos esperan en la cafetería, otros delante de los mostradores, los más optimistas, sentados en los bancos o en el suelo de los andenes desde los que deberían salir los autobuses. «Para Lugo tampoco hay? En ningún momento nos avisaron», replica una joven de pelo rizo a una trabajadora de Monbus. La respuesta es un claro «no». Se marcha. «En la página web no pone nada de que esté cancelado», comentan dos peregrinos portugueses a la trabajadora de Alsa. Misma respuesta.

Colapso en un colegio de Teo ante el aluvión de padres que cogieron el coche para llevar a sus hijos
Colapso en un colegio de Teo ante el aluvión de padres que cogieron el coche para llevar a sus hijos Xoán A. Soler

Los sindicatos

Los andenes, vacíos de autobuses, son la imagen del éxito de esta huelga de transportes. Al fondo, miembros de CC.OO., UGT y la CIG, admiten que la afluencia ha sido total. «Foi masiva, en todos os sectores: transporte de viaxeiros, escolar e urbano incluso. Hoxe á mañá estivemos todas as centrais sindicais en Amio e bueno, o transporte parou dun xeito maioritario. Que sirva tanto á administración como ás empresas para sentarse nas mesas de negociación, onde estamos CC.OO., UXT e CIG. Queremos negociar un convenio e uns incrementos salariais por enriba do 0,8 % que están a ofrecer», destacó Joaquín García Gutiérrez, secretario xeral de CC.OO. de Santiago y Barbanza.

¿Servicios mínimos? «Tíñamos pactados uns servizos mínimos que, no concreto de Santiago de Compostela, eran da contorna do que se fai un domingo ou un festivo. En ningún momento impedimos que se cumpliran, pero fixemos o noso traballo sindical. Que é estar nos centros de traballo, informando ás persoas e traballadoras da folga. Non houbo ningunha violencia ou conato, ou altercado», admite García. «A proba evidente de que houbo servizos mínimos é que si houbo transporte escolar. Funcionou e puidose ver e como se respetou», explica Pepe Maio, secretario comarcal da CIG. Decenas de padres, esperando parones, aprovecharon para llevar ellos directamente a sus hijos al colegio.

Otra de las estampas de la mañana fueron las decenas de coches que colapsaron las entradas de los centros educativos. Fue el alcalde compostelano, Xosé Sánchez Bugallo, el que confirmó que el servicio de transporte metropolitano estuvo sin funcionar hasta las once porque «non deixaron saír os servizos mínimos». El regidor destacó que estuvieron bloqueados por «por un piquete dunhas corenta persoas», pero dijo que el Concello tampoco quiso forzar «cunha folga dun día para evitar incidentes e males maiores», aunque si espera que si se prolonga «se respecten os servizos mínimos, porque as vitimas son os cidadáns, os usuarios do servizo».