Para no escribir con el estómago había que esperar al fin del ciclo electoral. Porque el despiste o descoloque es tal que hasta una cantante saca a relucir sus pechos y encima protesta porque a ver por qué una no va a poder hacerlo, y además todo el mundo sabe que con los pechos al aire los pulmones cogen mejor el aire. Menos mal que nadie la imitó en las fiestas del Apóstol.
En medio del despiporre veraniego quedó olvidada la afirmación de una representante popular por Vox de que el concepto violencia de género es ideológico, algo que causó indignación. Bueno, no será el firmante el que dé ni agua a Vox, pero claro que ese es un concepto ideológico, ¿qué va a ser si no? Como lo son hombre nuevo (puro nazismo) o dictadura del proletariado (puro comunismo). También saltó a la luz, con la misma indignación, el hecho de que otra dirigente de Vox, especialista como sus colegas en montar algarabía carca, reprodujera hace años en una red social aquello de que si puede una mujer mostrar medio cuerpo en este país y en (casi) toda la Europa occidental se debe a que los abuelos de los abuelos —o sea, los combatientes cristianos— acabaron ganando la partida. Es una obviedad para la que no hace falta ser cristiano o del hare krishna: si los musulmanes hubieran mantenido España —la tuvieron bien agarrada durante ochocientos años— como en tiempos medievales, veríamos quién sacaba aquí a paseo su cuerpo serrano.
Y si no me creen, que la cantante esa (o usted) vaya con los pechos al aire en un país musulmán. Buena suerte. Y ojo, por llevar un velo mal colocado torturaron hasta la muerte a una mujer en Irán, y a los que protestaron los ahorcaron o siguen en la cárcel. Seamos serios.