Sofía Vázquez Manzano: «Aquí soy feliz, puedo conciliar, gano más y las mujeres tenemos voz»
SANTIAGO
Es una de las 7 protagonistas de la exposición fotográfica «Enredadas en el Cambio»
13 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Ahora es feliz y, a sus 44 años, está entusiasmada con sus estudios de bachillerato que pronto empezará, compaginándolos con el trabajo profesional y el hogar. Sofía Vázquez Manzano, natural de Ferrol y afincada en A Coruña, es una de las siete protagonistas de la exposición fotográfica Enredadas en el Cambio, que se inaugura hoy en Santiago. La muestra recoge la impronta de emprendedoras de España, Perú, Bolivia, Nicaragua y Colombia, mujeres que han sido capaces de cambiar sus propias historias, así como la de sus familias y comunidades. «Son referentes del emprendimiento y el liderazgo femenino que queremos hacer visibles», tal como señala la Fundación Taller de Solidaridad, entidad promotora de la exposición, que también quiere descubrir cómo las dificultades globales a las que se enfrentan las mujeres a la hora de emprender se manifiestan de forma diferente en cada lugar y persona.
Vázquez es la responsable de Mulleres Colleiteiras, una cooperativa social sin ánimo de lucro integrada por nueve mujeres, que se dedica a la recogida de aceite doméstico usado para convertirlo en biodiésel. «Aquí soy feliz, porque no soy un número, participo en la toma de decisiones y puedo conciliar vida laboral y familiar. Antes trabajé como dependienta en tiendas de moda y grandes almacenes, pero las condiciones laborales eran incompatibles conmigo. Ahora gano más, y me encanta lo que hago, porque trabajamos el punto social y las mujeres tenemos voz», según explica con orgullo, aunque no oculta otras dificultades a las que debió enfrentarse en el pasado por razón de su etnia. «Al ser gitana tenía que demostrar más que sirvo para el trabajo, siempre cuesta más que confíen en ti. Pero como yo tenía estudios y un padre muy conocido, todo me fue más fácil también», añade.
La emprendedora advierte de que la integración y la relación de la comunidad gitana con el resto avanza «muy lentamente», pero ella lo tiene claro: «Mi familia también son los payos, estoy rodeada de todos y estamos unidos. Mis amigas de la infancia son paisanas. Para mí la diversidad es lo que mola, es buena. Tu raza, tus ideales, a mí todo eso me da igual. Es algo muy positivo. Y en mi casa hablo calé, los mayores no quieren que lo perdamos». Sofía, que tiene una hija de 21 años, iniciará pronto los estudios de bachillerato, afrontando un nuevo desafío en su vida. «Me encanta estudiar, la historia y la política me fascinan, soy muy curiosa y me gusta descubrir de qué manera estamos aquí. Es cierto que noto el cansancio: trabajar, estudiar, la casa, pero es muy satisfactorio para mí», según subraya.
Mulleres Colleiteiras —tal como indica su responsable— ofrece una salida laboral a muchas mujeres que nunca tuvieron esa oportunidad de futuro, formación en horario laboral sobre nutrición, salud y deporte, así como facilidades para volver a estudiar o sacar el carné de conducir. La cooperativa nació en 2015 al amparo de la oenegé Arquitectura Sin Fronteras. «Sin ella y sin Taller de Solidaridad nada de esto sería posible, a los que queremos darles las gracias. Somos una cooperativa viable y rentable. Recogemos el aceite usado en concellos, empresas y hostelería. Tenemos una nave en Oleiros, con depósitos para poder decantarlo y, luego, lo llevamos a la biorefinería. Así que en nuestra actividad también cuidamos del medio ambiente», concluye Sofía.