Los espacios públicos de Santiago reducen las pintadas, que perduran en los privados

Margarita Mosteiro Miguel
Marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Urbaser tuvo que limpiar en los diez primeros meses de este año 64 grafitis, la actividad más baja desde el 2004

19 nov 2023 . Actualizado a las 13:06 h.

Las pintadas en espacios históricos, salvo las realizadas en los últimos años en la Catedral y en el Pazo de Raxoi que suscitaron un rechazo unánime de todos los sectores de la sociedad compostelana, están prácticamente erradicadas en Santiago. Atrás quedaron aquellos años en los que proliferaban las habituales pintadas sobre piedra en las fachadas de numerosas viviendas de la zona noble, que requerían de un trabajo a fondo para su eliminación sin causar más daño del realizado por la pintura. El trabajo de sensibilización para proteger el Patrimonio Histórico-Artístico parece estar dando frutos.

De acuerdo con los datos de la empresa municipal de limpieza Urbaser, en los diez primeros meses de este año sus especialistas retiraron 64 pintadas hechas en piedra, hormigón y colectores de recogida de basura, en definitiva, en espacios y fachadas públicas y privadas. No hay, de acuerdo con los responsables del servicio, una zona de la ciudad más afectada que otra. Xesús Domínguez, concejal de Limpeza, explica que se pinta tanto en el casco histórico como en el Ensanche de Santiago.

Sesenta y cuatro son las pintadas eliminadas, pero un breve paseo por el casco histórico, y más especialmente por barrios de la ciudad, delata que hay otros garabatos pendientes de ser retirados, especialmente en inmuebles particulares. En este caso, fuentes municipales indicaron que la limpieza de esas pintadas se realiza siempre que los propietarios afectados solicitan la intervención al Concello. Un trámite que no siempre es realizado por los afectados.

Xesús Domínguez considera que el descenso detectado este año, de acuerdo con las actuaciones realizadas por Urbaser, «pode ser pola rápida actuación en eliminalas, para evitar o efecto chamada». El edil cree que «ao eliminalas en canto se detectan, evítase que aparezan máis nos arredores nos días seguintes». Por otro lado, el responsable político de Urbaser considera que, en la actualidad, hay «un maior grao de concienciación sobre o coidado do patrimonio, que é outro factor a ter en conta» para analizar las causas del importante descenso en este tipo de actos vandálicos.

El mejor balance en casi 20 años

El dato de 64 pintadas eliminadas hasta el pasado mes de octubre es el más bajo desde el 2004, cuando los operarios del servicio municipal de limpieza retiraron 366 grafitis. Los peores años para la ciudad, en cuanto a pintadas se refiere, fueron el 2007, 2014, 2008, 2009 y 2015 con 881, 762, 752, 659 y 658 grafitis, respectivamente. El punto de inflexión se produjo en el 2016, cuando tras las 658 pintadas del 2015, se pasó a 399. Tras un repunte al año siguiente, desde el 2018 los actos vandálicos acompañados de espray se han ido reduciendo. Cosa distinta es que, en determinados momentos, se registraran grafitis en lugares con el máximo nivel de protección, como es el caso de la pintada realizada en el 2018 en la fachada de Praterías de la Catedral, cuando una persona que no fue identificada hizo una pintada en una de las esculturas emulando a uno de los miembros de Kiss, la banda de «hard rock». Tampoco fueron localizados los autores de la pintada realizada en la fachada del Obradoiro de la Catedral en el 2019; ni a los que dibujaron un pene gigante en la piedra de la fachada del Palacio Arzobispal, junto al arco en el Obradoiro, a finales del pasado mes de mayo.

Empleo de decapantes poco abrasivos para proteger la piedra

La empresa Urbaser tiene, entre los servicios a prestar dentro del contrato de limpieza, la eliminación de pintadas en espacios y fachadas públicas. En el contrato se especifica que para su eliminación, tanto en piedra natural como artificial, mármol, ladrillo o cemento, se empleará un producto que no sea abrasivo para evitar el daño de la superficie. Para la elección del producto se tendrá en cuenta el elemento químico de la propia pintada. Una de las condiciones es que no se emplearán cepillos de acero ni se podrán rascar las superficies con herramientas que causen daños a la fachada. El coste de eliminar pintadas en piedra es superior al de hormigón o a las que se encuentran en contenedores y otros elementos del mobiliario público urbano, tanto por el empleo de productos especiales como herramientas precisas.