José Codesido: «A los 35 la mujer debe plantearse si realmente quiere quedarse embarazada y cuándo, porque está llegando a un límite fisiológico»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO

SANTIAGO

José Codesido con su equipo en Iraga, la unidad de reproducción asistida de La Rosaleda
José Codesido con su equipo en Iraga, la unidad de reproducción asistida de La Rosaleda Sandra Alonso

El director de la clínica de reproducción asistida Iraga, en Santiago, asegura que los problemas de fertilidad afectan por igual a hombres y mujeres, pero estos últimos son más complicados de solventar

04 dic 2023 . Actualizado a las 08:59 h.

La maternidad sigue retrasándose en Galicia. Menos hijos y más tarde. El doctor José Codesido (Santiago, 1959), director de Iraga, la unidad de reproducción asistida del hospital La Rosaleda, aconseja a las mujeres que quieran tener hijos que se lo planteen entre los 30 y los 35 años.

—¿Se sigue retrasando la maternidad o se ha llegado a un punto de inflexión en Galicia?

—Sigue habiendo un retardo en la maternidad. Quizás baje con la incorporación de la población inmigrante, ya que ellos tienden a tener los hijos un poco antes, pero la tendencia general es retrasarla. Y por desgracia en Galicia hay una caída clara de la maternidad, la hubo con el covid y ahora con la crisis energética y la guerra de Ucrania todavía más. Estamos notando en los hospitales un menor número de partos y eso va unido siempre a la reproducción asistida, por lo que hay una bajada de los ciclos. Desde antes de la pandemia ha habido un descenso cercano al 30 % de los tratamientos de reproducción asistida.

—¿Cuántas mujeres pasan por la clínica al año?

—En torno a 200, es un número importante pero en otras épocas podían ser 300.

—¿Ha cambiado el perfil de la mujer que acude a la clínica? Solas, en pareja heterosexual, en pareja homosexual...

—Se mantiene, hace unos años aumentó el número de mujeres sin pareja, pero actualmente se mantiene más o menos estable. Lo que sí crece, gracias a la divulgación, son las mujeres que se acercan a congelar sus óvulos para preservar la maternidad. Es un retraso de la maternidad programado desde un poco antes, lo ideal es que vengan antes de los 35 años y están viniendo entre los 35 y los 38. 

—¿Eso es bueno, preservar óvulos?

No, lo mejor es tener los hijos antes. Sí es eficaz si la mujer va a retrasar la maternidad por lo menos tres años desde que se realiza esta preservación. Si la intención es quedarse embarazada un año después no es eficaz congelar ovocitos, ya que no mejora las tasas de embarazo. Sí la mejora si la mujer no quiere quedarse embarazada en al menos tres años.

—Una mujer que tenga claro que quiere ser madre, ¿a qué edad tiene que planteárselo seriamente?

—Lo ideal es que se lo plantee en torno a los 30, entre 30 y 35 años es la edad ideal. Es cuando va a tener menos problemas para tener un embarazo natural, y en caso de que no sea por vía natural los tratamientos de reproducción asistida van a ser mucho más eficaces antes de los 35. Si se va a retrasar por encima de los 38 años es recomendable hacer una preservación de ovocitos antes de los 35.

—¿Se planifica todo en la vida y no algo tan importante como la maternidad?

—Sí, las mujeres no se dan cuenta de lo importante que es en ellas la edad. Todo nos lleva a la igualdad, que es naturalmente lo idóneo, pero en este aspecto la fisiología de la mujer es diferente a la del hombre y, por desgracia, la edad juega en contra de la fisiología del ovario y del ovocito. Hay una edad, a los 35, en la que la mujer debe plantearse si realmente quiere o no quedarse embarazada y cuándo lo va a hacer, porque está llegando a un límite que es fisiológico. 

—Con frecuencia se publica en los medios que una persona conocida ha sido madre a los 45, 48, incluso 50.... Este tipo de noticias, ¿son contraproducentes?

—Sí, muchas veces cuentan solo el éxito y no el esfuerzo que probablemente ha tenido que hacer esa mujer a nivel económico y personal para conseguir ese embarazo. Se oculta el método que hay detrás, y eso hace que a las mujeres les parezca que todo es posible a cualquier edad y a un precio al que puede llegar todo el mundo, y eso no es así. 

—¿Cuáles son las técnicas más novedosas de reproducción asistida que se usan en la clínica?

—Aparte del diagnóstico genético preimplantacional y de la incorporación de la genética en los estudios y en la clínica, también incorporamos la inteligencia artificial. Estamos trabajando con ella para la evaluación de los embriones y de los ovocitos, e incluso se está empezando a aplicar para escoger los tratamientos idóneos para cada mujer.

—¿Individualizar?

—Exactamente, personalizar los tratamientos lo más posible para que sean lo más eficaces y exitosos. Se han incorporado protocolos para los fallos, de manera que podamos ayudar a las mujeres en las que ha habido fallos en los tratamientos, buscando las causas y encontrando las soluciones más adecuadas. En lo que más trabajamos es en mejorar la calidad endometrial y del útero para que se implante el embrión con mayor facilidad. En el campo del ovario, aún en fase de investigación, estamos dentro de la Asociación Nacional de Clínicas de Reproducción Asistida buscando la mejora de la calidad de los ovocitos por diferentes sistemas, uno de ellos es la aplicación de sustancias extraídas del plasma de cada mujer para mejorar tanto el endometrio como el ovario. 

—Normalmente se habla de los problemas de la mujer pero cuando una pareja heterosexual llega a la clínica, ¿es habitual que sea el varón quien tiene dificultades?

—La alteración del varón es muy frecuente, prácticamente cuando llega una pareja el porcentaje suele ser 50-50, es decir, el mismo porcentaje que la mujer. Lo que pasa es que, por decirlo así, es más fácil de solucionar en el caso del hombre. Lo hacemos gracias a la inyección intracitoplasmática y la selección de espermatozoides. El espermatozoide es un transportador de ADN y con frecuencia esas cadenas de ADN están rotas. Hay estudios para valorar hasta qué punto están rotas y disponemos de técnicas para seleccionar los espermatozoides que no tienen rotas esas cadenas. Estas técnicas las hemos incorporado desde hace un par de años y han dado muy buen resultado, pero el óvulo sigue siendo fundamental, la gran célula, la célula mágica.