El peaje de la AP-9 entre Santiago y las principales urbes culmina en 13 años una subida del 50 %

s. lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

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PACO RODRÍGUEZ

El trayecto a Vigo cuesta ahora 11,40 euros, cuando en el 2011 suponía 7,60

08 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Santiago se encuentra, en cierto modo, en el corazón de la AP-9. La autopista que vertebra la fachada atlántica gallega concede una ventaja para la movilidad en la ciudad y su cinturón metropolitano, con más de 7 kilómetros de circunvalación gratuita que desahoga la saturada SC-20. Pero también aboca al tráfico que circula hacia el resto de las ciudades a pasar por las cabinas de peaje para abonar unas tarifas que no dejan de crecer. Con la última actualización, que entró en vigor el pasado día 1, el desembolso que supone ahora viajar hasta A Coruña o Vigo ya representa un 50 % más del que Audasa exigía en el 2011. Es decir, solo han sido necesarios 13 años para que las constantes subidas alcancen ese porcentaje redondo.

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El desplazamiento entre Santiago y Vigo sale ahora por 11,40 euros, cuando en el 2011 suponía un desembolso de 7,60. En el caso de los desplazamientos hacia A Coruña, la última subida deja en 7,95 euros una tarifa que hace 13 años era de 5,30. Los viajes entre la capital gallega y Pontevedra obligan al abono en cabina de 6,85 euros, lo que implica 2,30 más de los 4,55 que costaba en el 2011 ese trayecto de apenas 30 minutos por la AP-9. Y si el destino es Ferrol, el trayecto por la autopista conlleva desde el día 1 un peaje de 10,85 euros, cuando 13 años atrás la tarifa en ese itinerario era de 7,25.

El único avance respecto a la situación en el 2011 va ligado al sistema de bonificaciones para usuarios frecuentes anunciado por el Ministerio de Transportes, que ampliará del 20 al 50 % el descuento que se aplicará a los que hagan al menos 20 viajes al mes en un mismo sentido. En todo caso, esa nueva bonificación tampoco aliviará los bolsillos de los usuarios que cumplan los requisitos hasta que se aprueben los Presupuestos Generales del Estado.

La paradoja de Ordes y Sigüeiro

Más allá del tramo de la AP-9 libre de peaje que circunvala Santiago, también los trayectos entre otros puntos del entorno metropolitano de la capital se han visto penalizados por la nueva actualización tarifaria. Así, el itinerario entre Sigüeiro y Santiago cuesta 2,05 euros, que son 3 si el viaje se hace desde Ordes. Y la alternativa a la N-550 por autopista entre Ordes y Sigüeiro exige ya el desembolso de 2,10 euros por trayecto. Estas tarifas desincentivan el uso de la vía de pago para todos esos desplazamientos de proximidad que colapsan en horas punta la carretera nacional a su paso por los centros urbanos de esas dos localidades.

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La actualización de tarifas en la AP-53 representa la mitad del aumento en el corredor atlántico

Los viajes entre Santiago y el resto de ciudades del eje atlántico —con tiempos competitivos que en ningún caso puede brindar la N-550— no son los únicos que obligan a los compostelanos a pasar por caja. Porque también para desplazarse a Ourense es necesario apoquinar. En este caso, la última actualización del peaje de la AP-53 (Santiago-Alto de Santo Domingo) lo ha dejado en 6,70 euros. La subida acumulada desde el 2011 equivale al 26,42 %, porque entonces la tarifa era de 5,30 euros. Por tanto, el incremento en la AP-9 prácticamente duplica el aplicado en la primera autopista interior gallega.

El último ajuste tarifario también ha afectado al tramo Santiago-Silleda, que ahora cuesta 4,05 euros. Se trata de un itinerario que muchos conductores emplean para escapar del pago del peaje completo (6,70), de forma que salen por las cabinas ubicadas en el entorno del recinto ferial para realizar un pequeño recorrido por la N-525 y retornar a la AP-53 poco antes del acceso a Lalín, ya sin abonar más peaje.

Además, el hecho de que la segunda parte del trazado que le da continuidad hasta Ourense corresponda a una vía de alta capacidad sin cabinas —la AG-53, que está sujeta, no obstante, al pago de un peaje en la sombra por parte de las arcas autonómicas— y a la A-52 (Autovía das Rías Baixas) provoca que el impacto para el bolsillo del usuario que viaja entre Santiago y la ciudad de As Burgas no tenga comparación con el de los desplazamientos por la AP-9. Eso sí, cuando concluyan las obras de la autovía A-54, Lugo se convertirá en la única de las siete principales ciudades gallegas a las que será posible viajar desde Compostela por vía de alta capacidad sin pasar por ninguna cabina de peaje.