Mucho despistado y aceptación total a la mascarilla en los centros sanitarios

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

Los usuarios que acuden a ambulatorios y hospitales coinciden en que la medida debería haberse adoptado incluso antes

13 ene 2024 . Actualizado a las 01:01 h.

Los menos jovencitos recordarán aquel anuncio televisivo en el que un niño se llevaba las manos a la cabeza por haberse olvidado los dónuts. Este jueves muchos hacían el mismo gesto a las puertas del ambulatorio Concepción Arenal de Santiago: «¡La mascarilla!». No pasaba nada, el personal de seguridad facilitaba cubrebocas con amabilidad a todos los que tuvieron este despiste, tras la entrada en vigor de nuevo de la obligatoriedad de esta medida de protección en los centros sanitarios.

Hubo muchos despistados pero una aceptación casi unánime. Olvidadizos o no, todos los usuarios coinciden en que es una decisión necesaria e incluso tardía. Rosa Ribadeo sabía perfectamente que había que traerla y así se lo recordó a su hijo, Marcos Agrelo. Para ellos las mascarillas están recientes porque los virus ya pasaron por su hogar, «deu negativo en todo pero era un virus porque tivo febre moi alta durante varios días e andamos con mascarilla para protexernos todos», explica Rosa en relación a su hijo. Para ella esta medida llega algo tarde, «nos centros sanitarios sabes que a xente loxicamente vai en malas condicións, polo que podes coller algo, iso é así e sobre todo despois destes tres anos nos que perdemos inmunidade».

Habitual cada invierno

Tampoco José Pérez, vecino de Santiago, olvidó el cubrebocas. Para este usuario lo lógico sería que se implantase de forma habitual cada vez que comienza a circular el virus de la gripe. En su hogar no entraron este invierno ni la gripe ni el covid, pero José admite que son una familia previsora, «cando empezou a ser obrigatoria coa pandemia fun dos primeiros que a puxen, a miña muller tivo un cáncer de tiroides e facémolo por prevención».

Lo cierto es que muchos pacientes que acudían a los hospitales y a los centros de salud ya llevaban mascarilla pese a que no era obligatoria, bien por precaución o por tener una patología crónica. Y los sanitarios, destacan en este ambulatorio, «ya casi no se la sacaron». Desde el pasado miércoles la mascarilla es obligatoria tras la decisión del Gobierno central pero a finales de diciembre la Consellería de Sanidade recomendó su uso, no obligación, en los centros sanitarios ante la subida de casos de gripe y covid, sobre todo de la primera. La población, en general, ha aceptado de buen grado y con comprensión la medida, y de hecho los despistados que entraban sin ella en el ambulatorio Concepción Arenal no solo no protestaban al tener que ponerse el cubrebocas, sino que se disculpaban por el olvido.

«Esquecémonos pero é unha boa medida»

Emilia Pardo y su pequeña Sabela, de seis años, fueron dos de las usuarias que olvidaron la mascarilla, pero no dudaron en ponerla rápidamente cuando el personal de seguridad se lo indicó. Y eso que Sabela no estaba muy cómoda ya que al ser un cubrebocas de adulto, casi le tapaba toda la cara, «esquecémonos ao estar afeitas a vir sen ela, e de repente deime conta ao entrar de que facía falta. Creo que é unha boa medida, é mellor previr porque ademais é certo que está habendo un repunte de casos e se xuntan o covid, a gripe A e virus varios», cuenta Emilia.

Pese a la falta de costumbre, los usuarios no se quejan de la incomodidad. Dice Gloria Marín que molesta al principio un poco, «porque parece que uno se ahoga, pero luego se va acostumbrando y de hecho debería de haberse puesto antes». Sale del centro de salud con su marido, Arturo Martínez, para quien «todo lo que sea para prevenir bienvenido sea». Ambos residen en la capital de Galicia desde el pasado 1 de diciembre, aunque conocen Compostela desde hace muchos años porque estaban acostumbrados a venir a pasar temporadas en verano. Naturales de Colombia, este matrimonio se está acostumbrando al frío compostelano pero a ambos les puede el amor por la ciudad «es hermosa y maravillosa», explican sin dudarlo.