Open Road: la aventura emprendedora de una madre, pasados los 50 años, junto a su hija en Brión

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Graciela Pérez, de 52 años, en Open Road School. La academia de inglés que dirige con su hija Karen Capeáns, de 21 años, en Brión (en la avenida de Noia, 30) debe su nombre a que «vemos el inglés como un camino abierto hacia las oportunidades, sabiendo inglés te abres nuevas puertas en el mundo, en los viajes, en lo laboral... y te acerca a tus objetivos», dicen.
Graciela Pérez, de 52 años, en Open Road School. La academia de inglés que dirige con su hija Karen Capeáns, de 21 años, en Brión (en la avenida de Noia, 30) debe su nombre a que «vemos el inglés como un camino abierto hacia las oportunidades, sabiendo inglés te abres nuevas puertas en el mundo, en los viajes, en lo laboral... y te acerca a tus objetivos», dicen. PACO RODRÍGUEZ

Detrás de esta nueva academia de inglés está una familia de emigrantes retornada

03 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El acento delata a Graciela Pérez Barbazán. «Nací en Buenos Aires. Soy hija de emigrantes. Mis padres eran de Brión, se casaron y se fueron a Argentina a trabajar. Cuando yo tenía 22 nos volvimos todos, mis padres y los cuatro hermanos. Hace ya 30 años que estoy viendo en España, pero no me despego del acento de allá», aclara ella. Cuenta que siempre le gustó el inglés e hizo la carrera de Traducción, aunque a su regreso a Galicia empezó a trabajar en el negocio familiar a pesar de que no tenía nada que ver con lo que había estudiado: «Teníamos una panadería en Os Ánxeles, La Canela, que ahora llevan mis hermanos». Recuerda que se establecieron en un primer momento en Bertamiráns (Ames), «cuando solo había allí dos edificios contados», y posteriormente se trasladaron a la aldea en la que se criaron sus padres, Tembra. «Una vez que tuve a mis hijos y ya eran grandes, a mis cuarenta y pico años, volví a retomar mis estudios. Me saqué mi segunda carrera, el grado de Lengua y Literatura Inglesa en la USC, y luego un máster en Educación», dice sin darle demasiada importancia Graciela, quien se reinventó laboralmente dando clases particulares de inglés. «Me apetecía hacer algo por mí y para mí, que me gustase», añade.

Su cartera de alumnos fue creciendo poco a poco, al tiempo que su hija menor, Karen Capeáns, seguía sus pasos y cursaba Lengua y Literatura Inglesa. «Ella estuvo estudiando en Manchester (Reino Unido) y, a su regreso, le propuse montar algo juntas», continúa la argentina. Así es como surgió Open Road School, una aventura emprendedora de una madre, pasados los 50 años, y su hija veinteañera. Abrieron las puertas de su academia de ingles en Brión en junio del año pasado. «Empezamos nosotras dos solas, pero ahora hemos contratado a otra profesora para poder atender la demanda», explican. Sus alumnos van desde los 3 años hasta más de 60 y destacan por ofrecer una atención muy personalizada, destacan: «Tenemos grupos pequeños, de no más de 6 u 8 niños. Y viene tanto gente que empieza a aprender la lengua como otros que buscan recuperar lo aprendido en el instituto o que están preparando exámenes. Trabajamos por niveles y no por edades, y damos clases dinámicas y didácticas, en las que trabajamos las distintas habilidades. En cada una de ellas se habla, se lee, se escribe y vemos algo de gramática. Hacemos juegos y utilizamos todo tipo de material audiovisual, además de textos escritos».

Su prioridad, dicen, es conocer bien a los alumnos y preparan cada sesión con ellos en función de sus necesidades particulares porque «cada uno aprende de forma diferente y tiene unas necesidades distintas». «Por suerte, puedo decir que a mí me han aprobado siempre todos mis alumnos», confirma orgullosa Graciela. «Yo siempre trabajé de esta manera, pongo mucho de mí y dedicamos muchas horas a preparar las clases, por eso siguen conmigo quienes venían a las clases particulares que daba antes», continúa. Con la incorporación de la nueva profesora a Open Road han pasado a aumentar sus horarios y cursos. De hecho, este mes han ampliado su oferta matinal con un nuevo taller de memoria en español, otro de manualidades en inglés (nivel iniciación) y un curso de inglés para jubilados y pensionistas (nivel básico) con un descuento del 25 %.