Vidrotek conquista desde particulares a Aena: «La clave es no desatender al cliente»

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Javier Torres está al frente de esta empresa compostelana preocupada por ofrecer una repuesta perfecta a cada encargo

17 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace una década que Vidrotek comenzó a dar sus primeros pasos. El crecimiento desde ese 2014 de esta empresa compostelana dedicada a la carpintería en aluminio y distribución y comercialización de vidrios y espejos de alta calidad no ha dejado de sorprender a todos. Javier Torres fue cofundador de la firma y en mayo cumplirá tres años de gestión en solitario. Cuando echa la vista atrás, el balance es positivo: «La progresión es muy buena. Estoy satisfecho con la evolución». Desde el principio, su objetivo fue que Vidrotek cuajara como un «servicio de soluciones integrales» y considera que esto es una realidad. En ese sentido, apunta que una de las claves del éxito es que «no hay subcontrataciones. Todo el proceso está controlado por nosotros, y eso nos permite una ejecución rápida. Marcamos nosotros los plazos. La gente suele pedir las cosas para ayer y, sin llegar a tanto, nuestra respuesta satisface». En este crecimiento rápido, pero controlado, Torres considera determinante poner el foco sobre todos los eslabones de la cadena: desde la oficina hasta el servicio posventa. Una de sus cartas de presentación es «no desatender a los clientes». En esta década, Vidrotek fue capaz de «atender por igual a un particular, a Aena, a una empresa cualquiera y a la Administración». Torres se preocupa especialmente por la reacción de la empresa ante «los picos de trabajo. Cuando sabes que estás creciendo no es fácil dar respuesta a todo». Para afrontar esta demanda ascendente, reforzó la oficina. «Me preguntaban por qué, pero es evidente. En la oficina se cuecen pedidos, son claves para el crecimiento actual. Ellos gestionan los pedidos que permiten mantener la producción y la instalación. No puedes tener un equipo de trabajadores parados», dice. Con una plantilla de once personas, Torres cree que la maquinaria tiene que estar muy bien engrasada. Uno de los problemas que tiene que afrontar es la falta de trabajadores especializados, por lo que forma a su propio personal. Si la oficina es un eslabón importante de la cadena, la fabricación requiere «de un control de calidad que no puede tener fallos». Cuatro instaladores completan la cadena en esa última fase de posventa. Actualmente, además de otros muchos trabajos menores, tienen en manos un importante encargo de Aena. Pero por Vidrotek también pasan «trabajos delicados, en los que el diseño es fundamental. Nos pidieron unas mesas de carga para Menorca y, como empresa de soluciones integrales, damos respuesta. A veces puedes estar días pensando, pero la clave es que la respuesta sea perfecta».