Un censo de la Xunta contabiliza un total de 28 parejas de gaviotas patiamarillas en Santiago

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Hace años que las gaviotas llegaron a Santiago: en la imagen, cerca de la Praza Roxa
Hace años que las gaviotas llegaron a Santiago: en la imagen, cerca de la Praza Roxa xoan a. soler

Es la localidad más al interior de las recogidas en el estudio, en el que también figura Padrón

29 feb 2024 . Actualizado a las 05:05 h.

La Xunta publicó este mes un manual que recopila los resultados de los trabajos de censado y seguimiento de la población reproductora de nueve especies de aves marinas, efectuados a lo largo del litoral gallego. Se encuadra en los programas de seguimiento de las estrategias marinas de España para el período 2018-2024, tarea precisa para la evaluación del estado de conservación de las especies de cada territorio y que facilita la información de base para diseñar medidas de gestión necesarias para la protección de esas aves.

En ese inventario gallego actualizado sobre especies como el cormorán cristado, el arao común o el paíño europeo, con trabajos de campo efectuados en mayo y junio del año 2022, figura la gaviota patiamarilla. Y en ese censo, en el sector Rías Baixas, aparecen en Santiago 28 parejas de esta gaviota. Son una parte mínima de las 1.904 parejas reproductoras que se contabilizan en esa área, que recoge la población de estas aves desde Muros hasta A Guarda, pero está por encima de localidades marítimas como Cambados (27), Vilagarcía de Arousa (26), Rianxo (14), Boiro y A Pobra do Caramiñal (13 en cada caso) o Carril (12). Localidades situadas todas en plena costa frente a la capital gallega que dista en torno a 40 kilómetros del punto de más cercano al mar. Del área de Santiago aparece también una pareja de gaviotas en Padrón.

El registro de la Xunta no hace más que oficializar una realidad constatada en Santiago, donde es frecuente desde hace años ver gaviotas. A falta de pescado del que alimentarse, es habitual ver a estas aves buscando su sustento entre restos de basura, intentando localizar comida en las calles. Y tampoco es infrecuente verlas revoloteando entre las mesas de las terrazas, a la caza de alguna tapa despistada. Los graznidos de estas gaviotas patiamarillas también pueden escucharse por toda la ciudad, con unos sonidos de evocación marinera en la capital gallega. Gustavo Ferreiro, de Seo Birdlife, señala que hace unos 50 años que esta especie empezó a criar en entornos urbanos, aunque señala que su número es ridículo sobre el total. Explica esta adaptación a las ciudades al indicar que se trata de aves son muy oportunistas, que pueden alimentarse de diversos elementos. Añade que en las zonas urbanas se ven atraídas por los restos que generan los vecinos: «Cando veñen ás zonas urbanas é porque veñen buscando comida, e sérvelles o lixo que deixamos no chan».

Aunque no figuran en este censo, también en la zona del embalse de Vilagudín, en Ordes, hay presencia de ejemplares, ya que no es la primera vez que se registra una elevada mortandad de gaviotas en ese entorno: en septiembre del 2021, aparecieron muertos 337 ejemplares, intoxicados por toxina botulínica.

La gaviota patiamarilla es la única de las nueve especies recogidas en el censo de la Xunta que se adaptó a la vida urbana. Para el trabajo de campo en las ciudades y villas, se hicieron observaciones desde inmuebles de altura y también en las partes más elevadas de los cascos urbanos. El total de parejas reproductoras de gaviota patiamarilla en la comunidad gallega se sitúa en 13.049, y es el parque nacional de las Illas Atlánticas el área que concentra un mayor número de ejemplares contabilizados: solo en la isla de Sálvora aparecen 2.763 parejas; con 1.108 está Monteagudo, 655 en Faro y 513 en San Martiño, las tres en Cíes; aparecen 681 en Ons y 439 en Vionta, como cifras destacadas.