Ponte das Dornas, capilla de Os Remedios e iglesia de Teo, arte en la retaguardia del río Ulla

Cristóbal Ramírez SANTIAGO / LA VOZ

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Cristóbal Ramírez

La ruta, que también se puede hacer andando o en bicicleta, parte la iglesia de Santo André de Trobe

15 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La iglesia de Santo André de Trobe es una obra barroca en la cual destaca su fachada. Frente a ella, un cruceiro pagado a principios del siglo XX por los emigrantes de la zona que recalaron en Buenos Aires y, atrás, un elemento en el que poca gente se fija: un largo muro, de respetable altura, y obra de las que hoy en día no se hacen por mucha tecnología que exista.

Desde el templo arranca un itinerario para hacer andando o en bicicleta de montaña, nada difícil incluso para adolescentes. Se trata de ir hacia el oeste dejando ese cruceiro a la derecha y a los pocos metros —no más de ochenta— girar a la izquierda por una pista de tierra descendente y muy recta. Es menos de un kilómetro, y cuando muere en otra, se elige la derecha. El río Ulla está muy cerca, aunque resulta difícil de ver debido a la espesura del bosque. Intentado ir siempre lo más cerca de la corriente, el excursionista se mete entre árboles y llega a un lugar entrañable: el Ponte da Dorna, que permite salvar el río Pereiro.

También es posible que alguien no quiera mover las piernas y prefiera conducir el coche para encontrarse más adelante con los expedicionarios. En este caso la referencia es la aldea de Agromaior, que quizás haya sido histórica pero ahora solo la conforman viviendas nuevas. Una somera indicación: de Trobe hay que ir a la carretera AC-241, a unos doscientos metros al norte (o sea, dejando la parada de autobús a la izquierda) para llegar, con muchas curvas, a los talleres Corbelle y en ese lugar girar a la izquierda. En el siguiente cruce, en vez de ir a Mallos se prefiere la misma mano. No hay pérdida.

Y una vez en Agramaior, donde remata la pista va a ver una señal que indica que por otra de tierra se desciende hasta el Ponte da Dorna. Se trata de un breve paseo descendente. Y, en efecto, Ponte da Dorna puede ser un buen punto de encuentro.

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En general, se vaya como se vaya, el entorno se merece un sobresaliente si bien ya no abundan las vides como sí sucede aguas arriba del Ulla. A destacar que en Agromaior se alza el único hórreo bien cuidado de la ruta, con cruz y pináculo rematándolo tanto delante como atrás.

El siguiente punto de interés es la capilla de Os Remedios. En este caso nadie diría que el entorno es maravilloso aunque el edificio esté rodeado por un verde que casi deslumbra. Templo muy curioso porque como este hay muy pocos en Galicia, si es que hay alguno: techo de uralita, púlpito al exterior, balcón (uno y otro, laterales), Virgen policromada en la fachada (muy alta, por suerte) dentro de una hornacina, campanario con una campana y otra fuera de él a su lado, curiosa veleta. Una inscripción dice en su fachada «Capilla de la Virgen de los Remedios a expensas de Betetos. 1858» (se refiere al artista Andrés Betetos Iglesias; tiene entrada en la Wikipedia). Frente al templo, un cruceiro levantado en 1866 sobre dos escalones, un arranque del varal prácticamente cuadrado primero y octogonal después, con un Crucificado arriba sin que por la otra parte haya imagen alguna.

Entra el visitante en el municipio de Teo nada más salir de Os Remedios y muy poco después, tras dejar atrás el núcleo de Vilachaíño, se encuentra con otra parada de esas obligadas: la iglesia de Santa María de Teo, aislada, que recibe con un antiguo y magnífico cruceiro rematado en una cruz posterior y que tiene aspecto de vigilante pétreo. Buen punto final a la ruta.