La mirada de una artista de Compostela sobre un sintecho para ayudar a encontrarle un hogar

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

María Meijide encuentra su inspiración en lo que la rodea y, entre sus textos y retratos más recientes, están los que hizo de Alberto

14 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Es fácil inspirarse en las cosas bonitas que nos rodean y pintar un paisaje, una puesta de sol o una escena tierna, con más o menos maña. Lo difícil es fijarse y ver el arte en aquellas personas o rincones de los que la gente suele apartar la vista. Y eso es lo que hizo en uno de sus últimos trabajos María Meijide. Esta artista santiaguesa de 45 años puso su mirada en Alberto, un sintecho con el que habitualmente se cruzaba en la Plaza de Galicia, y le dedicó un par de retratos y un texto que compartió con las redes sociales para ayudar a encontrarle un hogar.

«Llevo tiempo viéndolo allí porque yo vivo al lado. Tengo mi casa y taller en O Toural, desde hace aproximadamente unos 9 años. Empecé a encontrarme con él cuando hacía más frío y me llamaba la atención la expresión de abandono que tiene. Un día que iba hacia el párking, antes de que arreglasen el bajo del Santander, entablé una conversación con él y de ahí salió ese relato y los dibujos, hechos uno con Pilot y otro en grafito», explica ella, quien describe su «mirada agradable y triste», habla del «olor a sudor y humedad en su ropa» y de la pregunta que le hizo Alberto, tras hablarle de su situación, de la vida en la calle, de la temporalidad de los albergues, de su enfermedad mental, de la mendicidad... «¿Tú no me puedes ayudar a conseguir una habitación?». Y María se ha servido de lo que mejor sabe hacer para dar eco a esta demanda.

Cuenta esta compostelana que ella trabaja «con el comer, beber y amar, que son los temas más me interesan, y con mi presente inmediato... si lo puedo tocar, mejor. Siempre he trabajado a partir de ahí, del rastro biográfico, y es raro que me salga de eso». María explica que toda esa pintura y narrativa del presente en Santiago —«últimamente me estoy escorando más hacia la literatura y escritura creativa», apunta— forma parte de un proyecto que dará a conocer al público, aunque aún no sabe exactamente de qué forma cristalizará, pero el trasfondo será el día a día «de las personas que vivimos en una ciudad con una gentrificación exagerada y todos los problemas que eso conlleva», dice una artista que en su día hizo llegar su Mapa emocional de la capital gallega hasta China o Nueva York.

XOAN A. SOLER

Pero no solo habla de la capital gallega la obra de María, quien deja constancia de sus andanzas por el mundo a través de Cuadernos de viaje, entre otras series de temática ecléctica. En este momento, por ejemplo, «estoy pintando puticlubes, una especie de arqueología de esas construcciones de carretera donde se ejerce la prostitución», avanza.

No sabe María de dónde viene su interés por el arte. Lo más cerca que tuvo por vía sanguínea, fue un tío que era arquitecto (Carlos Meijide). Sin embargo, a ella siempre le gustó el mundo de la Filosofía y de las Bellas Artes. «De niña dibujaba bien, pero como tantas otras», dice. Acabó estudiando entre la facultad de Pontevedra y la de Sevilla para convertirse en artista y recuerda que desde cuarto de carrera ya vendía sus trabajos y sacaba un sueldo de la pintura y otros proyectos afines, presentándose a concursos o dando clases. Tiene un máster en Pintura y de Obra Gráfica, además de un extenso currículo que toca distintas disciplinas, con más de una veintena de premios y becas.