El carril bici avanza dos kilómetros en en el norte de Santiago con la reforma de Xoán XXIII
SANTIAGO

El vial ganará 50 plazas de aparcamiento, hasta las 70, que serán para uso exclusivo de residentes de la zona
10 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La movilidad en bicicleta avanza en el norte con la reforma blanda que el Concello ejecuta en Xoán XXIII, la avenida de cuatro carriles que acabará cediendo uno para ese medio alternativo y otro para sumar medio centenar de plazas de aparcamiento en batería para residentes del entorno de ambos márgenes. Ahora hay 23 plazas y llegarán a 70 solo para vecinos de la zona, lo que eliminará el tráfico externo en busca de estacionamiento, apunta el concejal de Mobilidade, Xan Duro (CA), quien ayer presentó la reforma con el edil de Obras, Xesús Domínguez (BNG).
Xoán XXIII incorporará carriles bici a ambos lados (uno de subida y otro de bajada) desde el cruce con el Burgo das Nacións, donde estos días se habilitó ya uno de subida, con el repintado del vial. Solo falta instalar los elementos que lo delimitarán.
Ambos trayectos (de 650 y 700 metros) conformarán en buena medida esa ruta de dos kilómetros, que se completará inicialmente con una senda ciclable (300 metros) que se abrirá en la zona verde izquierda de la calle San Caetano para conectar con la del parque de Salgueiriños, hasta el aparcamiento disuasorio de la zona. Esa senda se hará después de que concluya la reforma de Xoán XXIII, que llevará unos dos meses si la lluvia no condiciona ese calendario. Más adelante se prevé otra al otro lado de la calle San Caetano (el de la Xunta) que conecte con Rodríguez de Viguri.

Sin contar todavía con esta última, la inversión total rondará los 70.000 euros, porque se trata de una intervención blanda asumida por la propia brigada municipal, una intervención de urbanismo táctico que con pequeñas actuaciones y pintura permite reorientar y ordenar usos en espacios públicos. Xoán XXIII incorporará además pasos de peatones elevados en una iniciativa que persigue también mejorar la seguridad y el tránsito del peatón, que con las intervenciones a ambos márgenes ya no tendrá que cruzar directamente cuatro carriles de calzada, como ahora.
Según Domínguez, la reducción a dos carriles de un vial cuyo ancho ha quedado sobredimensionado ofrecerá un espacio más amable para el ciudadano, uno de los objetivos de este tipo de reformas, que se pretende extender a otras zonas, aunque no apuntó de momento a cuáles.
La iniciativa incide también en otra de las máximas de la movilidad del bipartito, la promoción de modos de transporte blando, expuso Duro, quien adelantó que en la ordenanza de movilidad en la que se está trabajando se incorporará la posibilidad de permitir la circulación de bicis en sentido contrario al de la vía en calles muy específicas y donde la seguridad lo permita. Sería el último recurso para facilitar la movilidad con este medio. Las primeras opciones son los carriles bicis específicos y la compartición de calzada.